Una malla metálica de grandes dimensiones, que nace en la base de la rotonda de la T-11, a la altura del polígono de Les Gavarres (Tarragona), y termina en la parte inferior del carril de conexión aéreo de esta vía con la A-7, en sentido norte, servirá para evitar que un coche termine en los carriles inferiores de la A-7.
La medida de seguridad, promovida por Fomento, es a consecuencia del trágico accidente ocurrido el día 3 de febrero, donde dos jóvenes perdieron la vida al caer el vehículo por el hueco de la rotonda hasta los carriles de la autovía.