Manola Brunet: 'Los conflictos del agua se agravarán'

La catedrática de Geografía de la URV advierte que las medidas transversales deben implicar a todos los sectores económicos y a la sociedad

11 octubre 2019 12:30 | Actualizado a 11 octubre 2019 12:43
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Manola Brunet preside la Comisión de Climatología de la Organización Meteorológica Mundial (CCI-OMM) y es catedrática de Geografía de la URV. Recuerda que es la clase política la que tiene el poder ejecutivo para regular las acciones contra el cambio climático.

El impacto negativo del cambio climático es una realidad.
La rapidez de este cambio climático tiene un impacto muy negativo en los socioecosistemas del mundo y en algunos territorios incluso son más graves, porque se suman a una serie de situaciones estresantes características de nuestro clima mediterráneo.

Esta rapidez , ¿qué provoca?
Lo que hace es agudizar los problemas de disponibilidad de agua, incrementar la inflamabilidad del bosque, aumentar la erosión costanera, etc. En este sentido, durante las jornadas hemos abordado, desde un punto de vista científico y político, las respuestas de la administración en relación a la transición energética. Estoy contenta de saber que el Institut Català d’Energia tiene una visión de futuro para adecuar el sistema energético catalán a las nuevas condiciones climáticas.

¿Faltan medidas urgentes?
Hay que ver qué estrategias puedan minimizar los riesgos del cambio climático y optimizar los recursos. En este sentido, durante las jornadas se planteó cómo minimizar el impacto de la disminución de los recursos hídricos en el territorio, la reducción de emisiones, etc.

Catalunya será más vulnerable.
El cambio climático se está materializando en un fuerte incremento de la aridez del clima. Desde la década de los 70, las temperaturas se han incrementado dos veces más rápido que a escala planetaria. Además, este calentamiento se registra en dos estaciones muy sensibles para la actividad económica: la primavera y el verano. En primavera hay cada vez condiciones más cálidas y es una estación muy sensible para las actividades agrícolas, como por ejemplo el sector vitivinícola que fue uno de los primeros en darse cuenta del impacto que tendría el cambio climático en su actividad y se están tomando medidas. En primavera, la lluvia es más errática y menos beneficiosa en términos de utilización del agua y junto con sequías más severas e intensas los conflictos del agua se agravarán en el territorio.

Después viene el verano.
En esta época todavía llueve menos y las sequías se agravarán, así como el déficit hídrico, lo que tendrá un impacto en el turismo que se genera en el territorio.

¿Falta iniciativa política?
Habría que implicar a los partidos que votamos para que las estrategias de mitigación o adaptación al cambio climático entren en sus programas electorales y sean temas de debate. Yo pediría también a los políticos una visión de futuro, porque si ahora no se establecen las bases de lo que queremos para el país estaremos condenados a repetir los errores y no contribuiremos a solventar los problemas medioambientales y especialmente los asociados al cambio climático, que intensifican todos los conflictos, tanto los sociales como los políticos.

¿Cuánto tiempo tenemos?
Debemos tomar medidas transversales que impliquen a todos los sectores económicos y a toda la sociedad. La década de 2020 es crucial y decisiva para actuar y reducir las emisiones para mantenernos en este techo seguro, y lograr que la temperatura del planeta no suba por encima de 1,5 grados. Si no hacemos nada, en pocos años estaríamos en el umbral de los 2 grados y el clima se puede desbocar.

Esta es la línea roja.
Si se supera, entraríamos en una situación de inestabilidad climática y de imprevisibilidad, además de nuevas condiciones que contribuirían a un mayor calentamiento global.

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