Marcha lenta de autobuses en TGN para exigir ayudas

Una treintena de vehículos colapsa el centro de la ciudad para pedir medidas que ayuden al sector a hacer frente a la crisis del coronavirus

10 junio 2020 17:50 | Actualizado a 10 junio 2020 17:57
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Una treintena de autobuses participaron ayer en una marcha lenta en Tarragona, organizada por la patronal Direbús para reclamar al Gobierno ayudas para hacer frente al impacto de la pandemia en el sector. Bajo el lema ‘Salvar l’Autocar’, salieron del polígono Riu Clar y se dirigieron a la plaza Imperial Tarraco, donde hicieron una parada para entregar un manifiesto en la subdelegación del Gobierno. Luego recorrieron la Rambla Nova y la Rambla Vella al son de sus bocinas.

Los trabajadores exigieron sentarse en la Mesa de Turismo y recordaron que el 80% de la facturación del transporte discrecional depende de esta actividad. Además, reclamaron una tributación del IVA al 4% y unos ERTE flexibles y con tantas prórrogas como sean «precisas».

La vicepresidenta de Direbús, Carolina Sánchez, aseguró que el sector ha sido «tradicionalmente olvidado» por las administraciones y advirtió del riesgo de cierre de empresas en caso de no recibir ayudas para hacer frente a la crisis del coronavirus.

José Saladié, de la empresa Autocares Llosa, explicó que en la protesta participaron unas 20 de las 30 empresas de autocares de la demarcación, un sector que da trabajo directo a unas 2.000 personas. La situación, señaló, es especialmente grave en el caso de las pequeñas empresas, con un perfil familiar. Temen que al cabo del año solo habrán podido facturar alrededor del 20% de lo previsto.

«Las compañías que hacen líneas regulares siguen funcionando, pero los que nos dedicamos al servicio discrecional y turístico tenemos cero ingresos desde hace muchos meses», advirtió.

Por ello, insistió, piden ventajas fiscales, una flexibilización de los ERTE y poder negociar con los bancos carencias en los contratos de leasing. «Cada vehículo que tenemos en leasing supone unos 4.000 o 5.000 euros al mes y, cuando llevas tres meses sin ingresos, esto cuesta aguantar», expuso.

En las comarcas de Tarragona y el Ebre, este tipo de empresas suelen hacer más de la mitad del negocio entre los meses de marzo y junio o julio. Se trata, principalmente, de rutas y excursiones escolares o de personas mayores, actividades deportivas o circuitos turísticos. «Este año, este 60% de la facturación ya lo hemos perdido y prevemos que el resto del año también irá mal», afirmó.

Empresas familiares y pymes

Por su parte, la Federación Empresarial Catalana de Autotransporte de Viajeros (Fecav) pidió en un comunicado que la administración «no se olvide» de estas empresas, la gran mayoría de las cuales son compañías familiares y pymes.

El presidente de la Fecav, José María Chavarría, manifestó que «es necesario que se articulen mecanismos de ayuda a este sector ya que la alternativa es la desaparición de decenas de empresas y cientos de puestos de trabajo en Catalunya». «El transporte discrecional catalán cuenta con una de las flotas más modernas de Europa gracias al esfuerzo de muchas pymes y aporta un valor añadido esencial al sector del turismo», remarcó Chavarría.

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