María José Figueras, la rectora que basó su triunfo en la escucha activa

La eficacia de su discurso radica en su capacidad para adaptar su programa a las inquietudes de las personas 

17 mayo 2018 09:59 | Actualizado a 17 mayo 2018 10:20
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Desconocida hasta hace apenas dos meses, la catedrática de Microbiologia en la Facultat de Medicina i Ciències de la Salut de Reus María José Figueras será durante los próximos cuatro años la rectora de la URV, la primera mujer en acceder a este cargo y sumarse así a otras cinco mujeres en España.

Por contra, Josep Anton Ferré se convierte, con su derrota en las elecciones del martes, en el primer rector que no logra una segunda legislatura.

A la hora de explicar estos resultados, hay que destacar el acierto de Figueras al diseñar su campaña dando protagonismo a todo su equipo y poniendo a las personas y a sus realidades laborales en el centro del discurso, ganándose al personal administrativo, a un buen número de profesores no fijos y, sobre todo, a los estudiantes. 

En efecto, la nueva rectora ha caracterizado su campaña por la proximidad y la escucha activa. Incluso en su página web había un apartado para que el personal de la universidad realizara preguntas sobre lo que considerara más oportuno. De hecho, muchas de sus ofertas responden a inquietudes expresadas por la comunidad universitaria.

Claro que algunas parecían demasiado populistas y se antojan de complicado cumplimiento, sobre todo porque no dependen totalmente de ella, como la gratuidad de los autobuses.

En el lado opuesto, Ferré, quien partía con el hándicap de haber gestionado la universidad durante cuatro años de vacas flacas, optó por una campaña extremadamente personalista en la que no dio voz a nadie más.

De hecho, hay quien piensa que más que ganar Figueras, perdió Ferré, incapaz de entender la importancia de las formas. También cabría incluir en el debe del exrector su negativa a incluir una mínima renovación.

Sea como fuere y pese a las intenciones anunciadas por la nueva rectora, buena parte de la comunidad universitaria confía muy poco en cambios de calado en una institución con unos protocolos y unos reglamentos estrictos.

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