Más de 30 años de SIDA

Hoy sábado se conmemora el Día Mundial de una enfermedad que está controlada pero no erradicada

01 diciembre 2018 17:25 | Actualizado a 05 marzo 2019 18:58
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Prevención, detección precoz y reducir el diagnóstico tardío. Estas son las máximas que persiguen los profesionales implicados en la lucha contra el VIH/Sida del que hoy, 1 de diciembre, se conmemora el Día Mundial. 

En el Camp de Tarragona, el pasado 2017 se diagnosticaron 41 nuevos casos de VIH. El 85,4% se detectó en hombres. De estos, un 73,2% en edades comprendidas entre los 25 y los 49 años y un 13,3% de los diagnósticos de VIH fueron tardíos. Mientras, las infecciones de transmisión sexual  -sífilis infecciosa, gonococia y clamidia- crecen año tras año.

Se trata de datos epidemiológicos facilitados por el Grup de Treball de Salut Sexual i Sida de Tarragona del que forma parte el Col·legi Oficial de Farmacèutics (COFT), en un acto que reunió a diferentes instituciones políticas y de la salud.

«Es indudable que la situación de nuestros pacientes ha mejorado de forma extraordinaria. Para médicos como yo, que llevamos 25 años trabajando en el mundo del VIH, el cambio ha sido radical», comentó Antonio Delegido, especialista en Medicina Interna del Hospital de Santa Tecla, quien hizo una radiografía de la evolución de la enfermedad. 

Delegido explicó cómo a lo largo de estas tres décadas se ha pasado de una fase «realmente grave, de urgencia sanitaria en que los pacientes continuamente tenían infecciones, se nos morían por falta de medicamentos adecuados a una segunda fase de conseguir fármacos que eran eficaces pero con unos efectos secundarios muy importantes.

Ahora hemos controlado muy bien la infección, con medicamentos muy potentes, muy cómodos de tomar y que son muy tolerables». Sin embargo, paradójicamente, justamente esta mejoría es uno de los problemas que han podido surgir en el mundo del VIH. «Nos hemos olvidado de él», apuntó este doctor.  

En este sentido, tal como expuso el presidente del COFT, Joaquim Nolla, es preocupante que en las pruebas rápidas en farmacia «un 50% de las personas se la hizo por primera vez, pero otro 50% repitió.

Habían sido informados y, a pesar de todo, seguían utilizando prácticas de riesgo». Se trata de un dato significativo que evidencia la distensión social, aspecto que corroboró el doctor Delegido, quien afirmó que «durante años hemos transmitido la información de que ya teníamos medicación, que era potente, que controlaba la enfermedad y eso es verdad.

Pero de forma paralela ha ido calando, sobre todo en la población joven, que no pasa nada y que si se infectan van a poder conseguir esos fármacos. Hay una pérdida del miedo y eso conlleva a relajarse cuando una persona tiene relaciones sexuales no protegidas». 

Jóvenes de 15 a 24 años

Al respecto, un informe de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), destaca cómo los jóvenes españoles se continúan infectando del VIH. Así, en toda España viven 145.000 personas infectadas, aunque solo 1 de cada 5 lo sabe. Y las cifras publicadas de 2017 hablan de 3.381 nuevos diagnósticos, de los que 402 corresponden a jóvenes de entre 15 y 24 años.

Antes había más miedo, la preocupación por la patología en su momento álgido, a finales de los 80 e inicios de los 90, hizo que gran parte de la población tomara medidas. «Ahora el VIH se conoce, pero cuando se ahonda en las percepciones de la gente se observa que hay una falta de conocimiento», se lamenta Juliana Reyes, epidemióloga del Centre d’Estudis Epidemiològics sobre ITS i SIDA de Catalunya (CEEISCAT) y profesora de los Estudis de Ciències de la Salut de la UOC.

Precisamente, información no falta. Tal como apuntó Lluís Romero, coordinador del Grup de Treball Salut Sexual i VIH/Sida Tarragona, son muchas las actividades que se llevan a cabo para educar, con talleres e intervenciones en centros educativos, «un despliegue con el que se intenta incidir en diferentes franjas de edad y población».

La mayoría de esfuerzos en todos los ámbitos, desde jóvenes a drogodependientes y profesionales del sexo, entre otros, van encaminados a la prevención, que abarca campañas informativas, dispensación de preservativos y test rápidos para aumentar el diagnóstico precoz, sin olvidar la investigación, que siempre está presente. 

En cuanto a los avances médicos, la epidemióloga Juliana Reyes destaca que «han sido muy importantes en estas décadas. Hay estudios que demuestran que si en los tres años siguientes a la infección se inicia el tratamiento, la supervivencia es prácticamente del 90%, similar a la de la población general». Pero el problema, -resalta- es que «el virus tiene reservorios, se queda escondido y dormido, así que cuando el tratamiento se deja de tomar puede reactivarse».

Asimismo, otra de las facetas del virus es que causa un envejecimiento prematuro de cinco años del sistema inmunitario, que se traduce en consecuencias como el incremento del riesgo de tener patologías cardiovasculares, osteoporosis, algunos cánceres, deterioro cognitivo o problemas renales. Por lo que el reto de los investigadores pasa también por frenar este envejecimiento.

No obstante, la mejoría es innegable y las cosas han cambiado mucho desde sus inicios. La experta en Treball Social Sanitari y profesora asociada en la UOC, Dolors Colom, recuerda que «el tiempo también ha hecho que la sociedad se dé cuenta de que no es solo cosa del colectivo homosexual». 

Para combatir el VIH/Sida, la  Organización Mundial de la Salud (OMS) ha marcado el objetivo 90-90-90 para el 2020: que el 90% de las personas infectadas estén diagnosticadas.

Que, de estas, el 90% esté en tratamiento y que, de estas últimas, el 90% esté en supresión viral. España está cerca, con un 88-92-94, pero la lucha continúa. Como destacó el especialista Delegido, «nuestra asignatura pendiente es mejorar el diagnóstico tardío porque así habrá menos probabilidad de que ese paciente siga contagiando la infección. Y no tenemos que olvidar que, de momento, es una enfermedad para toda la vida».

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