Más de la mitad de alumnos de 12 a 19 años de Tarragona vuelven al cole inmunizados

Respuesta ejemplar de los adolescentes: un 67% con una dosis y un 55% con pauta completa. En un mes han superado a los de 20 a 29 y a los de 30 a 34. Ambas franjas están estancadas

09 septiembre 2021 11:10 | Actualizado a 09 septiembre 2021 16:51
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Más de la mitad de los estudiantes tarraconenses de 12 a 19 años llegarán inmunizados al inicio de curso previsto para este lunes. La cobertura de la pauta completa supera el 55% en la provincia y el porcentaje de primeras dosis se dispara hasta el 67%. Eso implica que unos 48.000 jóvenes y adolescentes escolarizados en la provincia volverán al aula con el pinchazo en el brazo, aunque hay que tener en cuenta que casi 100.000 no van a poder hacerlo: son los menores de 12, que no forman parte de la población diana a vacunar, ya que se está a la espera de aprobar las dosis también para esos colectivos de niños y niñas.

Está por ver qué efectos provocan, en calidad de transmisores, en lo que vuelve a ser un momento crucial para la pandemia, con el regreso a las aulas y el aumento de la movilidad que comporta.

Los más jóvenes han dado ejemplo este verano con toda una lección de compromiso. Esa franja de los adolescentes de 12 a 19 ya ha superado, en porcentaje de primeras dosis, a los veinteañeros, a pesar de empezar a vacunarse más tarde y de haberlo tenido que hacer en un mes complicado como agosto. El avance en estos perfiles de chavales ha sido tal que han superado a los segmentos que iban por delante. La inercia se ve muy bien en los subgrupos. Los de 12 a 15 años ya han superado en primeras dosis a los de 20 a 29 y a los de 30 a 34 y, todo ello, en apenas un mes, ya que hay que tener en cuenta que la franja se abrió a principios de agosto.

Diez puntos más

Pero aún es más clara la progresión entre los que tienen de 16 a 19. Ese 71,2% de primeras dosis supera en diez puntos a veinteañeros pero también a treintañeros, según los datos oficiales del Departament de Salut en Tarragona. La inercia tiene dos lecturas. La buena es que entre los más jóvenes la vacuna ha tenido mucha aceptación, incluso más de lo esperado de inicio. La mala es que de los 20 a los 34 años, entre los que puede haber una parte de estudiantes que estos días arrancan las clases, se está produciendo un parón. «Hay que insistir en ese agujero entre los 25 a 45 años, de gente no tan joven, que no se ha vacunado. Hay una capacidad enorme de poner vacunas pero no vemos una movilización y es probable que cuando comience la movilidad, los valores epidemiológicos empiecen a subir. Vemos que la vacunación se ha estancado», indica Àlex Arenas, epidemiólogo y catedrático de Ingeniería Informática y Matemáticas en la URV. «Los adolescentes son los últimos que empezaron y realmente está yendo muy bien. Estamos vacunando muchísimo», cuenta Roser Barceló, responsable de vacunas en una de las áreas básicas de salud de Reus y enfermera en el CAP Marià Fortuny.

Entre los alicientes, está por ejemplo no tener que hacer cuarentena en caso de contagios en el aula si se tiene la pauta completa. «No tener que confinarse es muy importante para las familias. El curso pasado hubo críos que tuvieron que hacer tres y hasta cuatro cuarentenas, así que cuando el Departament anunció que no sería necesario atrajo a muchas familias», apunta Barceló.

Mirando más al detalle, en un mes los de 12 a 14 años en el Tarragonès han alcanzado el 70%, superando a los veinteañeros y treintañeros, que tienen desde mucho antes la posibilidad de pincharse contra la Covid-19. Niñas y chicas se están vacunando más que los niños y los chicos, en la línea de lo que sucede en estos estratos más jóvenes.

La influencia de los padres

Roser Barceló, desde Reus, confirma que la vacunación «entre 20 y 34 está muy parada y es muy importante retomarla, porque son jóvenes que se mueven mucho, que salen, o que van a la universidad y a ciclos superiores». Barceló cree que, entre adolescentes, «la influencia de los padres es mayor y son más conscientes del peligro», algo menos habitual cuando se rondan los 30. «En esas edades hay muchos que no quieren vacunarse e incluso, entre los que vienen a pincharse, lo hacen con más reticencias, no están tan convencidos como a lo mejor un chaval de 18».

A eso se añade una casuística llamativa y novedosa. «Hay algunos jóvenes de 20 o de 30 que ya han pasado la Covid-19 y, por tanto, les tocaría una dosis, pero prefieren no ponérsela y esperar. Consideran que han generado inmunidad. Eso no sucede tanto a los 40, que tienen otra percepción mayor del riesgo y sí se la ponen. A veces influye el entorno, conocer a alguien que ha pasado leve la enfermedad y pensar que no hace falta vacunarse por eso», cuenta Roser Barceló.

«Todavía nos falta»

La secretaria de Salut Pública, Carmen Cabezas, destacó ayer el buen ritmo de vacunación, pero volvió a hacer el llamamiento para que más gente acuda a pincharse: «Más del 80% de la población que se puede vacunar ya ha iniciado su inmunización. Tenemos datos muy buenos, estamos entre los países con mejor cobertura, eso es muy importante, pero no quita que tengamos que hacer ese llamamiento a todas las personas de menos de 40 años. Todavía nos faltan por llenar algunas de esas franjas».

En concreto, Salut se fija como prioridad en estos momentos dirigirse a la horquilla de 12 a 39 años. «Es fundamental afrontar este otoño de la mejor manera posible y eso es llegando a las mejores cifras de vacunación posibles. El momento de vacunarse es ahora y septiembre es un buen mes, igual que lo era agosto. Queremos una vuelta al curso lo más normalizada posible», añadió Cabezas.

Es probable que en los días que quedan hasta el inicio de curso aún suban más los porcentajes. Salut sigue emplazando insistentemente a la inmunización en esta cuenta atrás. Estos perfiles de tan corta edad no son de riesgo ni vulnerables ante la enfermedad, pero los beneficios de la vacunación tienen más que ver con la comunidad. Las vacunas no evitan la transmisión al completo pero sí la reducen, en porcentajes que aún están por determinar en relación a la variante Delta.

Los últimos informes de vigilancia del coronavirus de Salut muestran que también los contagios son menos numerosos en aquellos colectivos vacunados al completo. En el Camp de Tarragona, la incidencia semanal de casos era de 147 en términos generales. En ese mismo intervalo, la incidencia entre los inmunizados por completo se fijaba en 66,2, dos veces menos. Lo mismo sucede en las Terres de l’Ebre: 130 casos por cada 100.000 en el cómputo general y solo un 40,2 en el caso de los grupos que gozan de la pauta completa. Es tres veces menos.

A todo esto, hay que tener en cuenta la vacunación generalizada y muy mayoritaria entre el profesorado. Hay un 92% del personal esencial en la provincia que tiene una dosis y un 89,7% con la pauta completa, coberturas muy amplias alcanzadas hace ya meses y difícilmente mejorables.

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