«Me gustaría estar con las compañeras dándolo todo»

La enfermera Raquel Devesa dio positivo y lleva 15 días confinada en un hotel de Tarragona cercano al hospital Joan XXIII, donde trabaja

28 abril 2020 18:20 | Actualizado a 28 abril 2020 18:43
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Raquel Devesa es una enfermera del hospital Joan XXIII de Tarragona que el 13 de abril dio positivo por coronavirus y que, desde entonces, pasa la cuarentena en un hotel acondicionado por el Instituto Catalán de la salud (ICS) cerca del centro hospitalario. Esta profesional sanitaria explica que está «asqueada» por no poder seguir en la brecha, ya que apenas ha tenido síntomas de la enfermedad –ha perdido el gusto y el olfato, y ha tenido episodios de dolor de cabeza–. «Me gustaría estar en el hospital porque no me encuentro mal y, quieras o no, es tu trabajo. Ves que las compañeras están dándolo todo y que tú estás aquí. Pero tengo claro que si no puedo trabajar es para no contagiar a nadie», reflexiona.

Al inicio de la pandemia, el hospital asignó a Raquel al turno de noche, con lo cual pasó de su trabajo en la segunda planta –de urología y vascular– a trabajar durante doce horas cada dos días «allí donde hiciera falta». Raquel explica que el hospital iba incrementando las UCI a marchas forzadas y que, mientras tanto, el personal tenía que tomar cada vez más medidas. «Tenías que ponerte el traje de protección, el doble guante, las mascarillas, las gafas, y un delantal o unas mangas de plástico», relata.

Raquel es de Reus, pero en febrero se trasladó a Miami Platja con el objetivo de ir arreglando una segunda residencia que tienen sus padres. Como la vivienda aún no estaba del todo equipada, no se lo pensó dos veces cuando el ICS ofreció a los profesionales la posibilidad de que descansaran en un hotel. «Además se me estropeó el calentador del agua caliente durante el confinamiento», lamenta la Raquel.

Después de unos días de trabajo intenso, saltaron las alarmas en el hospital y comenzaron a hacer el test de Covid-19 a los profesionales. Raquel dio positivo, con lo que tuvo que dejar de trabajar y ponerse en aislamiento. Esta vez también aceptó el ofrecimiento del ICS de alojarse en un hotel situado a pocos metros del Joan XXIII, donde también están confinados otros profesionales sanitarios contagiados y pacientes que no pueden hacer el aislamiento en casa. Raquel explica que una de las primeras consignas que les dan al llegar al hotel es que no podrán salir de la habitación. «Te dan la ropa de cama y las toallas, y tú te haces la cama. Un par de veces por semana lo devuelves en una bolsa para enviar a lavar. También entra una persona a limpiar la habitación con desinfectante y la comida te la dejan en la puerta», relata la enfermera.

El test vuelve a dar positivo

Raquel ha tenido que adaptar a la vida en el hotel, donde todo dedica el tiempo a leer, a mirar la televisión o series con el portátil, y a hacer un poco de ejercicio. «También intento tomar el sol como puedo a través de la ventana, que lamentablemente no se puede abrir», detalla. El lunes salió a la calle, por primera vez después de catorce días, para someterse de nuevo a la prueba de la Covid-19 con la esperanza de haber superado la enfermedad. Sin embargo, por la noche le comunicaron que había vuelto a dar positivo; estará una semana más en el hotel.

Mientras tanto, dice, el hecho de estar aislada en el hotel le despierta una sensación de extrañeza porque no se encuentra mal ni tiene la percepción de que sea una persona enferma. «A menudo pienso que podría estar allí ayudando y trabajando, pero si no puedo hacerlo es para no contagiar a nadie», asume. El aislamiento no le impide mantener el contacto con las compañeras que siguen al pie del cañón en el hospital. «Te cuentan casos de otras personas que han superado la enfermedad, que hay menos gente en urgencias y que van bajando los ingresos», celebra.

Después de haber visto algunas imágenes de la salida de los niños en la calle, pide responsabilidad a la ciudadanía. «Parece que mucha gente todavía no se ha enterado de lo que puede ocasionarle esto y es necesario que se tomen las cosas más en serio. Hay gente que se muere por ello; no es ninguna tontería», alerta. Además, insiste en la importancia de evitar el colapso sanitario. «Al menos que se pueda atender con calidad. Es por la salud de todos», subraya.

Como Raquel, el domingo había 60 personas alojadas en los hoteles salud habilitados en el Camp de Tarragona.

Comentarios
Multimedia Diari