Mensajes en los buzones de la Part Alta: «Dame las llaves y despreocúpate de tu piso»

«Obtenga la máxima rentabilidad de su vivienda» o «Vendemos y alquilamos viviendas bonitas de forma distinta». Estos son algunos de los mensajes que han recibido en sus buzones los vecinos de la Part Alta, en forma de postal.

Empresas tarraconenses y extranjeras, y también grupos inversores, se ofrecen para explotar las viviendas del casco antiguo. En algunos casos, además, proponen a los propietarios de los pisos convertirlos en apartamentos de lujo, un fenómeno que cada vez está más presente en las calles de la Part Alta. 

«Las empresas no compran los pisos, sino que hacen un contrato de arrendamiento normal con el propietario y se dedican a rehabilitarlo y explotarlo. A cambio, pagan una cantidad fija anual o un tanto por ciento de las ganancias al propietario», explica el secretario general de la Cambra de la Propietat Urbana de Tarragona, Manuel Sosa, quien añade que «este nuevo modelo de negocio tiene cosas muy positivas, como por ejemplo, que se rehabilitan y dignifican muchas viviendas abandonadas o antiguas.

Las operadoras de Internet piden unos mínimos requisitos para poner el piso en el escaparate». Sosa asegura que «gracias a este fenómeno, se ha incrementado el número de viviendas rehabilitadas en el centro de Barcelona».

Hace dos años abrieron puertas unos pisos turísticos de lujo en la calle d’en Riudecols, en el corazón de la Part Alta. La empresa encargada de gestionar y explotar los apartamentos turísticos es TGN Viles de Luxe, quien en breve también gestionará otros tres pisos de lujo en la calle Mediona.

«A parte de los acabados, que son mejores que en los apartamentos habituales, también tienen categoría de lujo por el servicio. Estamos disponibles 24 horas al día, para cualquier cosa», explica Hubert Dosaigües, de la empresa TGN Viles de Luxe. Se trata de apartamentos minimalistas, con poco mobiliario, pero con una decoración cuidada, moderna y original. «Nosotros hacemos la gestión integral. Nos dejan las llaves y los propietarios se despreocupan de todo», explica Dosaigüies.