La calle Riu Siurana, en el barrio de Campclar, era una procesión interminable de personas y coches que huían sin mirar atrás en dirección a la autovía T-11. «Parecía la Gran Vía de Madrid en hora punta», asegura una vecina que siguió el ‘espectáculo’ desde el balcón de su casa. «Me despertó el trajín que había fuera. Pensaba que era una carrera ilegal de coches, pero enseguida me di cuenta de que estaba pasando algo gordo. Empecé a escuchar pequeñas explosiones y cuando me asomé a la calle vi humo y llamas», cuenta. Eran las dos y media de la madrugada.
«La acera se llenó de familias con niños y carritos de bebé que solo querían alejarse lo máximo posible. La gente estaba asustada, tenía mucho miedo. Se escuchaban gritos», relata otro vecino.
La incertidumbre sobre lo qué estaba pasando era total. «Algunos decían que estaba ardiendo un reactor de una industria química. Y eso generó cierto pánico. Un hombre preguntaba si saldríamos de ésta», añade.
Campclar, un caos sin control
Eran las dos y media de la madrugada cuando uno intentaba dormir (pese al calor) en medio del silencio que imperaba en la madrugada del sábado en Campclar. De repente, el sonido de una especie de fuegos artificiales me desveló. Me asomé a la ventana, pero no se vislumbraba ningún tipo de luz en el cielo.
Al no activarse las sirenas del Plaseqta los vecinos estaban desconcertados. «Llamé al 112 y me dijeron que nos confináramos y no saliéramos», afirma un residente de la zona. Fue de los pocos que se quedó en su casa. «En nada, el barrio se quedó vacío», señala.
«Las alarmas deberían haber sonado. Para eso está un plan de seguridad. Si todos confiáramos de verdad en el Plaseqcat se habrían evitado los nervios y el no saber qué hacer que se vivieron esta madrugada en los barrios de Ponent», sostiene una mujer. «Si llega a ser algo grave de verdad, nos quedamos todos ‘pajaritos’ por tener las ventanas abiertas», apunta.
VÍDEOS: Importante incendio en una empresa de productos químicos de Tarragona
Poco antes de las dos de la madrugada de este domingo 7 de julio se ha declarado un importante incendio en una nave de la empresa MIASA, situada en el polígono industrial Entrevies de Tarragona. El fuego está consumiendo productos químicos almacenados en esta importante nave.
A los más veteranos del lugar, la estampa les recordó a lo sucedido en 1987, cuando ETA puso una bomba en el rack de Enpetrol (ahora Repsol) y causó llamas gigantescas de más de 150 metros de altura. Entonces, unas 20.000 personas huyeron despavoridas de la ciudad en coche o a pie. «Creí que se estaba repitiendo la historia 32 años después. Pero esta vez decidí no irme, me metí en casa y cerré todo. Los que vivimos aquello tenemos experiencia y sabemos que no sirve de nada irte si la petroquímica explota», comenta un vecino de Torreforta.