Moverse por las ciudades de forma inteligente

Dejar el coche en las afueras y moverse con transporte público u otro método es la apuesta de futuro de capitales como Tarragona

19 enero 2022 09:54 | Actualizado a 19 enero 2022 22:47
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Mejorar la calidad de vida de los ciudadanos está estrechamente relacionado con el hecho de cuidar una ciudad. En este sentido, una capital de provincia como Tarragona, tiene claro cuáles son los pasos a seguir.

Uno de los ejes centrales de esta meta final pasa por contaminar menos. ¿Cómo hacerlo? Desde Tarragona lo tienen claro. El concejal de Territorio y Sostenibilidad, Xavier Puig, lleva mucho tiempo apostando firmemente por el transporte mediante patinetes y bicicletas, ya sean convencionales o eléctricos. En este sentido, la ciudad está creciendo en carriles destinados para estos artilugios, con una finalidad última. “Cambiar radicalmente la filosofía de movilidad en la ciudad”, según afirma Puig de forma rotunda.

La forma que tiene para ejemplificarlo es sencilla: “La idea es que la gente que viene en coche hasta Tarragona, lo aparque en los aparcamientos disuasivos de las afueras”. Este sería el primer paso. Pero, ¿cómo moverse luego por dentro? Puig lo tiene claro: “Una vez allí, la idea es que tomen el autobús o que se desplacen en bicicleta o en patinete, ya sea de las empresas que operan en la ciudad (en el caso de los patinetes) o los suyos particulares”. De este modo, la circulación en coche por el interior de la ciudad “se limitaría a emergencias o a los vehículos de carga y descarga”, básicamente.

Tarragona, además, tiene que ser “una ciudad con aceras amplias” para que la gente pueda pasear en las mejores condiciones. Otro deseo del concejal es que “cualquiera pueda ir de punta a punta de la ciudad caminando, pero para ello queda todavía un largo camino”.

 

Lo eléctrico, rápido, cómodo y sostenible

Los patinetes y bicicletas convencionales están viviendo en simbiosis con la irrupción de los eléctricos que, día a día, ganan terreno y son los que más se están dejando ver por la ciudad. De hecho, estos vehículos son mucho más eficaces en trayectos más largos y, en un municipio como Tarragona, con su extensión, se presume como la opción más inteligente a la hora de desplazarse por su interior.

Además, cabe remarcar que los desplazamientos, ya sean mediante bicicleta, patinete, cualquier tipo de vehículo eléctrico, compartido o transporte público es mucho más sostenible de la forma convencional. Es provechoso, no únicamente porque contamina menos, sino porque es más agradecido para el bolsillo del usuario, ya que en todos los casos es más económico que del modo tradicional.

 

El coche eléctrico

Otra forma de poder desplazarse sin miedo a contaminar es el coche eléctrico. En este sentido, Endesa está teniendo un peso capital en la transformación a nivel español.

Los diferentes conectores y tipos de recarga existentes son fundamentales para la compatibilidad entre vehículo eléctrico y el punto de recarga. No obstante, hay que tener en cuenta que los tiempos de carga dependerán tanto de la capacidad de carga de la batería del vehículo, del estado de la batería previo a la recarga y de la potencia máxima disponible que ofrece el cargador, entre otros factores.

 

Recarga convencional (potencia de entre 3,7kW y 7,4 kW)

Este tipo de recargas son las más comunes en el ámbito doméstico, aunque también podemos encontrarnos estas potencias en parkings públicos o centros comerciales, por ejemplo. En estos casos, el vehículo deberá estar conectado entre 4 y 8 horas para obtener una carga completa. Cuando la carga convencional se realiza en el hogar, se emplea la intensidad y el voltaje eléctrico que la propia vivienda tenga contratados, por ejemplo, 16 amperios y 230 voltios. Esto implicaría que la potencia eléctrica que puede entregar el punto para este tipo de cargas es generalmente de unos 3,7 kW, ofreciendo una carga completa en aproximadamente 8 horas.

Esta solución es óptima, fundamentalmente, para recargar el vehículo eléctrico durante la noche en un garaje de una vivienda unifamiliar o garaje comunitario. Para esta solución de recarga, la tarifa TempoZero de Endesa X es ideal, ya que puedes recargar tu vehículo durante la noche entre la 1 y las 7 de la mañana sin coste, hasta un máximo de 250kWh, lo equivalente a unos 7.500km al año gratis.

 

Recarga semirrápida (a partir de 7,4 kW y hasta 22 kW)

Esta solución de recarga es óptima para recargas que se realizan en los centros de trabajo o en zonas donde el usuario vaya a permanecer entre una hora y hora y media estacionado (centros comerciales, supermercados, etc…).

El vehículo se conecta aproximadamente de 1 a 3 horas, para obtener una carga completa, dependiendo, como decíamos antes, de factores como la batería del vehículo o la potencia disponible.

La carga semirrápida emplea 32 amperios de intensidad y 230 VAC de voltaje eléctrico. Esto implica que la potencia eléctrica que puede entregar el punto para este tipo de cargas va desde los 7.4 kW hasta los 22 kW.

 

Recarga rápida (43kW en corriente alterna y a partir de 50 kW en corriente continua)

Esta solución de recarga es la que, desde el punto de vista del cliente, más se asemeja a sus hábitos actuales de repostaje con un vehículo de combustión. Por ello, se antoja idónea para estaciones de servicio o restaurantes de carretera ubicados en las principales vías interurbanas, donde el usuario permanecerá por un corto periodo de tiempo.

En este caso el vehículo se deberá permanecer conectado entre 20 y 30 minutos para obtener una carga del 80% teniendo en cuenta una batería media que permita hasta 30kWh.

 

Recarga ultrarrápida (a partir de 150 kW)

Lo último en recarga, y lo más parecido a lo que conocemos como una gasolinera al uso, son los puntos ultrarrápidos; equipos de recarga con una potencia de salida desde 150kW y que son capaces de cargar la batería en tan solo cinco minutos.

El tipo de conectores que utilizan estos equipos son prácticamente los mismos que para los cargadores rápidos, dado que son los adecuados para cargas en corriente continua.

 

Ciudades circulares, ‘smart cities’ y el ciudadano inteligente

¿Qué son las ciudades circulares, las smart cities y los ciudadanos inteligentes? Se trata de tres conceptos relativamente nuevos en el día a día de las personas, pero que, con el paso de los años, cobrarán fuerza hasta convertirse en expresiones tan necesarias como cotidianas.

 

Circular

El modelo circular será básico para mejorar e intentar alargar la vida del planeta. En este sentido, las ciudades circulares tienen un peso enorme. En realidad, una ciudad circular es una evolución del concepto de smart city, el cual apuesta por la calidad, la sostenibilidad ambiental, la prosperidad y la competitividad económica, sin olvidar la igualdad y la inclusión social.

En este sentido, dejando de lado el medio ambiente y su cuidado, que ya se da por hecho con este concepto, cabe recordar que una ciudad circular tiene mucho que ver con una ciudad segura. Un lugar en el cual las personas puedan pasear sin miedo a que les suceda nada, en la que, simplemente, una buena iluminación, pueda ser de ayuda para poder tener una vida mejor, ya se acerca más al modelo de ciudad circular mencionado.

Como es un concepto relativamente nuevo, seguramente evolucionará hasta incluir muchas más situaciones, pero el tiempo será quien lo dirá.

 

‘Smart’

Según su definición en el diccionario, una smart city, o ciudad inteligente, se refiere a un tipo de desarrollo urbano basado en la sostenibilidad que es capaz de responder adecuadamente a las necesidades básicas de instituciones, empresas, y de los propios habitantes, tanto en el plano económico, como en los aspectos operativos, sociales y ambientales.

Es un concepto muy amplio pero que, a su vez, concreta mucho un tipo de vida en una gran ciudad. Las instituciones y las empresas son básicas para el desarrollo económico de cualquier municipio. Pero no solo eso, sino que también son fundamentales para su día a día en cuanto a medio ambiente y sostenibilidad. Sin el aporte empresarial, es imposible tirar adelante la mayoría de los proyectos básicos para el día a día y, sin una institución que lo dirija y que lo ejecute, cualquier actividad crecería en el desorden más absoluto.

Por su puesto, los habitantes son importantes o, mejor dicho, imprescindibles en el palpitar de cualquier ciudad. En definitiva, son los que deben respetar y, sobretodo, aprovechar las ventajas de una ciudad inteligente.

 

Inteligente

Por último, en este grupo de conceptos que servirán para definir a las sociedades del presente y del futuro, encontramos el de ciudadano inteligente. Dentro de cada ciudad existe una gran cantidad de información que, aunque está al alcance de todos, resulta difícil de cuantificar y transmitir de un modo fiable, ni siquiera con sensores reartidos por todo el territorio. Esa información es la que pueden transmitir los propios ciudadanos que se convierten en lo que se conoce como Smart Citizens o ciudadanos inteligentes.

Estos ciudadanos son los que interactúan con la smart city de distintas formas, como puede ser el reciclaje de residuos, el ahorro de energía o el uso de las nuevas tecnologías. En definitiva, aquellos que gracias a las nuevas tecnologías son capaces de gestionar su propio entorno.

Los ciudadanos inteligentes pueden transmitir distintos tipos de informaciones, siempre pensando en el bienestar común. Entre ellas, informar a la policía sobre cualquier delito que se cometa, sobre el mal uso de las infraestructuras públicas de la ciudad, o también avisar de los accidentes de tráfico o del estado el mismo tráfico.

Asimismo, el ciudadano inteligente tiene algunas responsabilidades, con el fin de mejorar la ciudad a todos los niveles. Entre ellos, usar el trasporte público, ahorrar energía, apostar por el transporte eléctrico, usar energías renovables o bien participar en la toma de decisiones referentes al futuro de la ciudad.

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