Muere una perrita al caer de un edificio y se desata la polémica en Torreforta

Los únicos vecinos con llaves de la Plaça 1 de Maig piden que el Ayuntamiento responda

27 noviembre 2017 20:43 | Actualizado a 28 noviembre 2017 13:34
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

«Siempre decíamos que hasta que no hubiera una desgracia, no harían caso a nuestra reivindicación. Pues ya la ha habido». Así de contundente se muestra Modesto Pallejà, presidente de la Associació de Veïns de la Plaça 1 de Maig, después de que el pasado domingo una perra cayera al vacío desde el balcón de un bloque que da a la plaza. El recinto estaba cerrado y no pudieron atender al animal de una manera urgente. No se podía acceder a la plaza, porque ese día nadie había abierto la valla, ya que son los propios vecinos los encargados de hacerlo. Finalmente, al llegar al veterinario, la perra murió.

La Associació de Veïns de la Plaça 1 de Maig lleva años reivindicando que el Ayuntamiento se haga cargo de abrir y cerrar la plaza, ubicada en el corazón de Torreforta. Todo empezó hace unos cinco años, cuando la entidad vecinal pidió al consistorio vallar la plaza para evitar que grupos de jóvenes hicieran botellón o llevaran a cabo actos vandálicos. El Ayuntamiento les hizo caso. «En aquel momento, el equipo de gobierno nos pidió que, provisionalmente, fuéramos nosotros, los vecinos, los que abriéramos y cerráramos el recinto», explica Pallejà, quien añade que «pensábamos que era una medida temporal, pero ya hace cinco años de esto». 

Son tres o cuatro los vecinos que cuentan con esta llave. Por norma general, abren la plaza a las ocho de la mañana y la vuelven a cerrar a las ocho de la noche. En verano, la cierran a las once. «Estamos cansados de hacerlo, porque no es competencia de los vecinos. Debería hacerlo la Guàrdia Urbana», dice Pallejà, quien asegura que «no tenemos por qué tener esta obligación». 

La Plaça 1 de Maig está envuelta de bloques. Y el domingo pasó lo que hacía tiempo que auguraban los vecinos. La protagonista de la historia es Mar Segura y su perra. Mar llegaba a casa sobre la una y media de la tarde, cuando por la ventana vio que su perra yacía inconsciente en la Plaça 1 de Maig. Se había caído al vacío. Mar y su família bajaron rápidamente hasta el lugar para atender al animal. Pero ese día, el recinto estaba cerrado y no se podía acceder. Intentaron saltar, pero no pudieron. «Yo estaba histerica y no paraba de llorar. Sabía de una vecina que tenía llaves, pero no sabía donde vivía. Al final la encontré, pero ya era tarde. La perra murió en el veterinario», explica Mar Segura, quien se pregunta: «¿Qué hubiera pasado si fuera un niño el que se hubiera caído?».  Por su parte, el líder vecinal Modesto Pallejà asegura que «ya hacemos suficiente con abrir y cerrar de manera voluntaria. Pero pedimos, una vez más, que sea la administración, y no nosotros, los encargados de hacerlo».

¿Quién debe encargarse?

La Plaça 1 de maig no es el único espacio de la ciudad que queda cerrado durante la noche. El Parc Saavedra, el Parc de la Ciutat, el Amfiteatre y el Parc de la Coma de Bonavista también cierran por la noche. En todos estos casos, es una empresa de seguridad contratada por el Ayuntamiento la encargada de abrir y cerrar puertas. Según fuentes municipales, la explicación del porqué no es así en el caso de la Plaça 1 de Maig es que el espacio es propiedad de Incasòl, y no es municipal. Ahora bien, fue el propio Ayuntamiento quien construyó las vallas para que no se hicieran botellones durante la noche. Los vecinos piden encontrar una solución, para evitar más desgracias como la ocurrida el domingo.

Comentarios
Multimedia Diari