Nacen las primeras tortugas enel Miracle

La primera eclosión fue pasadas las nueve y cuarto de la noche y salieron 24 ejemplares

30 agosto 2021 05:29 | Actualizado a 30 agosto 2021 15:24
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Noche de nervios y de ilusiones en la playa del Miracle. Después de muchos días de custodia, alrededor de las 21.25 horas de ayer nacían las primeras tortugas bobas. «Primero salió una y de repente empezaron a verse todas las otras. Fue como un volcán en erupción», explicaban Virginia y Mariela, las dos voluntarias que presenciaron el momento.

En la primera eclosión nacieron 24 ejemplares, aunque más tarde aparecían otras cuatro y se esperaba que a lo largo de la noche pudieran aparecer nuevas. «Esperaremos un par de días antes de la apertura del nido, para ver si salen más», decía Txiqui López, coordinador del voluntariado de Fauna Marina del Ayuntamiento de Tarragona.

En el puesto había 99 huevos, dos se rompieron y otros diecisiete se los llevaron al zoo de Barcelona y la Fundació per la Conservació y Recuperació d’Animals Marins (CRAM). Así es que en el nido de la playa del Miracle quedaron ochenta unidades, que se esperaba que pudieran eclosionar en las siguientes horas.
De hecho, todos los voluntarios estaban esperando con gran expectación el momento. Durante la noche del sábado al domingo, las personas que estaban custodiando el espacio ya pudieron comprobar el cráter que se había formado en la arena. Eran alrededor de las seis de la mañana, lo que indicaba que las tortugas ya se estaban moviendo y estaban a punto de salir. «Era previsible que lo hicieran por la noche, para ser menos depredadas», añadía López.

Alrededor del espacio enseguida se vivieron momentos de ajetreo. Voluntarios del resto de turnos que durante estos días habían participado en la custodia acudieron a la playa y ayudaron a formar con vallas un espacio para la liberación. En paralelo, se recogieron los ejemplares con una caja para que los voluntarios del CRAM, de la Universitat de Vic y los técnicos municipales y de la Generalitat pudieran proceder a estudiar los ejemplares.

Tenían que pesarse, medirse y fotografiarse para documentarlo todo. Asimismo, debía hacerse una inspección para comprobar si estaban bien desarrolladas antes de soltarlas al mar. Un procedimiento que estaba previsto que se iniciara ayer mismo por la noche.

También estaba previsto que el CRAM se llevara algunos ejemplares para estudiarlos, que posteriormente serán liberados en esta misma playa.
Fueron unas horas de gran emoción para los 300 voluntarios que han participado de este momento, de los cuales unos 150 lo han hecho activamente haciendo largos turnos de vigilancia. Entre estos Virgínia y Mariola, que en su cuarta noche en la playa habían empezado su guardia a las nueve de la noche y que tuvieron la recompensa de ser las primeras. «Hemos tenido suerte y nos ha tocado el premio», afirmaban sin quitar los ojos del espacio, que seguían alumbrando con su linterna roja.

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