No hay sardinas ni boquerones en el litoral tarraconense

El motivo es la presencia de atunes en el mar, según los pescadores de cerco

30 septiembre 2019 18:20 | Actualizado a 30 septiembre 2019 18:28
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Desesperados. Así se sienten los pescadores de cerco de Tarragona. No hay sardina ni boquerón en el mar y, el poco que hay, huye despavorido de los atunes. Hace tres semanas que las embarcaciones vuelven a puerto sin género. Y es casi incomprensible, ya que la temporada empezó mejor que nunca. El pasado mes de febrero, el Diari acudió a la llegada de las embarcaciones de Peix Blau. Se respiraba buen ambiente en la Confraria de Pescadors. Y es que, después de unos años muy duros, parecía que ésta sería una buena temporada. Nada más lejos de la realidad.

Los pescadores culpan de esta situación a los atunes. «Está todo infestado. Esta especie se alimenta de pescado azul. Lo tenemos comprobado: cuando hay atunes, hay menos sardinas y boquerones», explica Josep Miquel Budesca, patrón de la embarcación Ebenista.

En la actualidad, solo las grandes empresas –como por ejemplo Balfegó– puede capturar atunes. Esto provoca una excedente de esta especie, lo que perjudica gravemente al colectivo del cerco. «Su presencia en el mar, espanta a los peces pequeños, que se van corriendo al verles. La mayoría de veces, no tiramos ni las redes», explica Budesca.

Familias sin ingresos

La situación es extrema. «Sabemos de sobras que los pescadores somos como los payeses. Hay años mejores y otros peores, pero lo de ahora es preocupante», asegura Budesca, quien añade que «a bordo llevo once marineros, lo que significa once familias. Como patrón, es muy duro ver como no llega el dinero a estas casas».

La situación empezó a empeorar a principios de julio. «Agosto y septiembre fatal», dice Budesca. Desde hace unas tres semanas, los pescadores llegan a puerto sin apenas género.

De 36 a 6

Las jornadas de estos pescadores son largas y duras. Salen sobre las doce de la madrugada y vuelven sobre las ocho de la mañana. Toda la noche en pie para no ganar nada. Así se explica la pérdida de embarcaciones en los últimos años. Actualmente, hay un total de diez en la provincia. Seis de Tarragona, dos de L’Ametlla de Mar y otras dos de Cambrils.

«Hace 25 años, cuando yo empecé en este oficio, había unas 36 naves, solo en Tarragona ciudad. Ahora hay seis», explica Budesca. Han sido muchas las embarcaciones que se han desballestado en los últimos tiempos. Los patrones se han arruinado por el mal estado de la mar. Los que aún sobreviven piden a la administración soluciones y medidas para saber qué esta pasando.

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