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El abuso del alcohol no es sólo una cuestión de menores de edad. El consumo excesivo de la sustancia sigue aumentando también entre los mayores. Así como desde hace tiempo se está ganando la batalla al tabaco con una reducción drástica del consumo, el alcohol continúa siendo una droga instalada en la vida diaria y, lo que es más importante, socialmente aceptada.
Los últimos datos del Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM) en la provincia ilustran un aumento de las intoxicaciones no sólo de menores. En 2017 hubo 3.517 asistencias en la provincia, lo que arroja una media de diez servicios diarios para tratar desde las emergencias a personas alcoholizadas. El número ha ido aumentando a cada año. En 2015 el número de asistencias se quedó en 3.255. Es un aumento de un 8% en sólo dos años. Esas cifras, sin embargo, son muy inferiores al problema real, ya que constatan sólo las ocasiones en las que el SEM tiene que intervenir, no las intoxicaciones totales.
Joan Colom, subdirector general de Drogodependències en el Departament de Salut, ha alertado en más de una ocasión del problema: «Lo que más nos preocupa es el consumo excesivo de alcohol entre los adolescentes». Los colectivos de médicos centrados en el tratamiento de adicciones y prevención creen que toda ley en esa línea es necesaria. Certifican un aumento de los abusos y reclaman un abordaje intensivo como el que se ha hecho, y con resultados, con el tabaco.
Número uno en adicciones
El alcohol es la sustancia número uno en adicciones en Tarragona. Así lo muestran los datos del Centre d’Atenció i Seguiment (CAS) de les Drogodependències, con 30 años de trayectoria profesional. De 717 inicios de tratamientos, 260 –el 36,26%– del total corresponden al alcohol.
Prácticamente desde los inicios en los años 80, el alcohol se ha erigido en la principal droga a combatir desde este centro que atiende a la población del Tarragonès, el Baix Penedès y el Alt Camp. «Es, con diferencia, la primera droga en demanda de inicios de tratamiento y continúa aumentando», cuenta la psicóloga clínica Blanca Carcolé. «En los últimos años ha aumentado más que en el resto de drogas. Sustancias como el cannabis se han estabilizado pero el alcohol continúa subiendo. Es algo que notamos desde 2010», añade.
Entre los factores del consumo, es difícil no considerar el decisivo componente social. «Es una droga legal, barata, su consumo no se estigmatiza. Es uno de los problemas de salud pública más importante de todo el mundo. Hay mucha presión social. En Catalunya una parte importante de la economía tiene que ver con el alcohol», añade Blanca Carcolé.
