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De emociones a flor de piel fue la noche del viernes. Una de esas citas emocionalmente intensa a las que nos tiene acostumbrados la Casa Joan Miret. «Como cada año, desde la asociación de Empresarias i Directives integrades a Cepta (ECepta) queremos dar la bienvenida al verano, felicitar el trabajo bien hecho y, sobre todo, festejar un año más de actividad», apuntó la presidenta de la asociación, Ana Macho, en su bienvenida.
En su cuarto aniversario, en torno a 50 invitados –entre socias, acompañantes y amigos de la entidad– llenaron el jardín de la emblemática casa del siglo XIX. La restauradora, Virginia Morcillo, Ana Ibars de AG Planning, la pdta. del Col·legi d’Odontòlegs de Tarragona Conchita Curull, y la publicista Marisa Díaz, fueron algunas de las asistentes que nunca fallan.
«Es una velada para recordar y agradecer el trabajo que nos ha permitido hacer realidad todos los acuerdos y colaboraciones que sumamos hasta el día de hoy», apuntó Macho. La última de ellas, y más relevante, es la iniciativa con la URV. Desde ya, las empresarias apoyan el Departament d’Emprenedoria de la universidad para ayudar a los alumnos y alumnas a sacar adelante sus proyectos, mayoritariamente relacionados con Apps. A través de encuentros, ofrecen acompañamiento a los jóvenes, así como mentoría y apoyo económico.
En esta senda por ampliar su red de contactos y colaboraciones, Macho quiso destacar los programas que impulsa su nueva junta. «Es muy cañera», destacó. No obstante, no perdió de vista las iniciativas que tienen en mente para su vuelta en septiembre. «Estamos tanteando la posibilidad de colaborar con mujeres marroquíes y asociaciones empresarias, mediante una puesta en común con el consulado de Marruecos de Tarragona», apuntó haciendo referencia a la cónsul general Saloua Bichri, también presente en la cena del viernes.
La noche terminó como empezó, con los sentimientos en la mano y recordando todo lo vivido. Las socias quisieron rendir un inesperado homenaje a Macho, agradeciéndole la labor que ha desempeñado hasta ahora. Las palabras le temblaban, pero no dudó en agradecerles el gesto. «El trabajo ha sido de todas», aclaró al recibir un gran ramo de flores.
