Obras, tiendas con menos clientes y vecinos irritados en TGN

Inconvenientes. Los trabajos de Endesa en la calle Ramón y Cajal están afectando al comercio y al vecindario y crean momentos de mucho tráfico en horas punta

21 enero 2022 19:40 | Actualizado a 22 enero 2022 07:46
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Las obras en entorno urbano, pese a ser necesarias, suelen conllevar una serie de inconvenientes, principalmente para los comercios, los vecinos y el tráfico. Es lo que está ocurriendo estos días en el tramo de la calle Ramón y Cajal situado entre Manuel Bustos y Pere Martell, que está siendo objeto de unos trabajos de mantenimiento por parte de Endesa. Otra fase de las obras tendrá lugar en el tramo entre Pere Martell y Prat de la Riba. Empezaron el pasado 13 de enero y en total durarán cinco semanas.

En esta primera fase, los trabajos han obligado a eliminar todas las plazas de aparcamiento del lateral de la calle y solo hay un carril habilitado para la circulación en sentido centro, el cual irá cambiando en función de las obras. Esto provoca que todo el tráfico que suele pasar por este tramo se concentre ahora en un único carril, por lo que en horas punta donde el flujo de vehículos aumenta se llegan a producir largas colas que ralentizan la circulación. En cuanto a las obras de la segunda fase, todo el tramo entre Pere Martell y Prat de la Riba quedará cortado al tráfico, por lo que se desviará la circulación por la Plaza Imperial Tarraco. Este cambio también comportará el cambio de sentido de circulación de la calle Jaume I. Además, los trabajos en este tramo modificarán el recorrido de la línea L42 de la EMT, aunque no afectará a ninguna de sus paradas, que se seguirán cubriendo con total normalidad.

«Es malo para el comercio»

A pesar de estos inconvenientes a nivel de tráfico, las obras también tienen otros efectos sobre los vecinos y los comercios de la zona. En este sentido, Jessael Fuguet, trabajador de la tienda Damusics, lamentaba que «esta calle la han levantado 30 veces en los últimos dos años y tampoco informan de lo que hacen o dejan de hacer», y añadía que «al final este tipo de obras para el comercio son malas, ya que conllevan ruido y que los coches no puedan parar o aparcar». Asimismo, Fuguet se preguntaba si esta es la mejor época del año para hacer las obras. «Quizás en verano seria mejor época, pero si han decidido hacerlas ahora supongo que será por algo», finalizaba.

Por otro lado, Raul Gaya, propietario de la tienda Patinete Eléctrico Tarragona reconocía que «la afluencia de clientes ha caído bastante desde que empezaron las obras», y lo atribuía a que «algún día casi no se puede ni pasar por la acera y también han quitado la zona de aparcamientos». Asimismo, Gaya lamentaba el malestar que suponen las obras, sobretodo por el fuerte ruido que producen las máquinas y los trabajos que realizan. Quién también se quejaba de este ruido era Josep Llop, un trabajador de la zona.

Con todo, el presidente de la Associació de Veïns Verge del Carme, Josep Maria Ferran, criticaba que «no nos han explicado nada de estas obras, sabemos lo que sabemos por la prensa, cuando nosotros somos quienes tenemos que hacer de puente e informar a todos los vecinos de la zona, nos sentimos desinformados».

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