Otoño negro para los usuarios del tren en la demarcación

Las protestas por la sentencia del Supremo, las intensas lluvias y las averías en la red han originado una quincena de incidencias, algunas de las cuales siguen sin haberse podido solucionar

10 noviembre 2019 09:20 | Actualizado a 10 noviembre 2019 11:14
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Árboles rotos, problemas de suministro eléctrico, vías cortadas y un largo etcétera de incidencias han causado numerosos problemas en la red de ferrocarriles de la demarcación de Tarragona en las últimas semanas. Miles de personas han sufrido los retrasos y se han visto obligadas a coger un transporte alternativo ante una situación que aún ahora está lejos de normalizarse.

Si nos fijamos en el calendario desde el 1 de octubre hasta el pasado jueves día 7 de noviembre, en la red ferroviaria de la demarcación de Tarragona se han registrado un total de quince incidencias. Aquí no se incluyen los hechos puntuales que se han producido en otros punto de Catalunya, y que pueden haber acabado teniendo una afectación sobre el servicio que presta Renfe en nuestras comarcas.

Hay múltiples causas que explican el caos que se ha vivido. Por un lado, las protestas por la sentencia del Tribunal Supremo, que despertó un tsunami de reacciones, con cortes y episodios de sabotaje en varios puntos del territorio. Esto tuvo un importante impacto sobre la red a partir del día 14 de octubre. Tan solo en aquella misma semana se registraron hasta nueve incidencias varias en el territorio. Invasión de vías en Tarragona y Reus, un problema con cambios de la estación en La Plana Picamoixons por sabotaje y obstáculos en la vía, como una nevera en este mismo punto, han alterando las circulaciones. Una situación que, por otro lado, los sindicatos ferroviarios han denunciado que ha puesto en riesgo la «integridad física de los profesionales y de la ciudadanía».

¿Delito de daños?

Adif ha denunciado los hechos. El pasado día 30 de octubre la presidenta del ente gestor de infraestructuras anunció que había presentado una denuncia ante el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJCat) por los daños e incidencias ocasionados. Isabel Pardo de Vera lamentó que los «daños y sabotajes» en las infraestructuras ferroviarias eran «constantes» y que podría tratarse de un supuesto delito de daños y lesiones, que podría derivar en homicidio en caso de que se produjera un accidente a causa de los incidentes. Se apuntó que hasta aquella fecha, los retrasos acumulados superaban los 40.000 minutos. Unas afectaciones que en el caso de las comarcas gerundenses fueron muy superiores y que principalmente acabaron recayendo sobre los usuarios de la red de Cercanías de Catalunya.

Las protestas siguieron la semana siguiente. El martes 22 de octubre en Torredembarra la circulación estuvo interrumpida durante más de una hora por la presencia de vallas en la vía, entre este municipio y Sant Vicenç de Calders. No pudo solucionarse hasta las 23.38 horas de la noche, cuando en aquellos momentos se sumaba un nuevo elemento, el temporal DANA. La lluvia intensa que había caído durante la tarde ya hizo que se inundaran las vías del Corredor del Mediterrani en la zona de Mont-roig del Camp. No obstante, el episodio más fuerte se registraba entre Les Garrigues y la Conca de Barberà.

Meses en solucionarse

El agua se llevó por delante el terraplén sobre el que se sostenía la vía en la zona de Vinaixa. Descarriló un convoy de mercancías y posteriormente se sumaba un segundo. Las vías, los palos eléctricos y el sistema de catenaria quedaron completamente arrasados en el tramo desde L’Espluga de Francolí a Juneda. Un episodio que tardará meses en solucionarse y que hace que a día de hoy las circulaciones desde este municipio de la Conca de Barberà a Lleida tengan que hacerse por carretera.

Adif asegura que hay más de sesenta puntos con daños graves o muy graves. «Estamos acabando de evaluar los hechos para poder trabajar a pleno rendimiento cuanto antes», apuntaba esta semana el organismo titular de la infraestructura.

La climatología también está detrás de la caída de un árbol entre Mont-roig y Cambrils, que acabó afectando a los usuarios de la R16 y de larga distancia. En este caso fue a causa del viento y el servicio se vio interrumpido durante 3 horas y 40 minutos. De nuevo Renfe tenía que habilitar un servicio alternativo por carretera para los viajeros.

Autobuses preparados

El operador ferroviario asegura que «en el momento en el que tenemos una alerta o prealerta ya activamos todos los mecanismos para que si surge cualquier problema pueda prestarse un servicio por carretera». Básicamente consiste en la movilización de autobuses, algunos de los cuales ya están repartidos en la zona del Camp de Tarragona, para que pueda darse una respuesta inmediata. Asimismo, dado que en el tramo entre Tarragona y Castelló hay vía única y cualquier incidencia tiene un efecto multiplicador, se corta la circulación en la zona de València para reducir la afectación.

Renfe además mantiene un canal de comunicación directo con los medios de comunicación para que puedan informar a los usuarios de los problemas que puedan originarse, que en la mayoría de los casos vienen derivados de la infraestructura.

Delante de episodios incontrolables como el DANA cualquier medida preventiva es poco. Sin embargo, ¿hay un mantenimiento para evitar que en los días de viento o cuando hay una tormenta la R-16 quede interrumpida? Si la dificultad es que en la zona de Mont-roig el viento sopla fuerte, ¿pasará lo mismo con la nueva variante? Los problemas se han centrado principalmente en vías de Cercanías y Regionales, mientras que las incidencias en alta velocidad prácticamente son inexistentes. Adif asegura categóricamente que el mantenimiento que se hace es «exhaustivo» y que, además de los controles sobre la vía, los propios maquinistas comunican a los centros de mando de Barcelona y València cualquier anomalía. Además, la empresa justifica que la mayoría de incidencias registradas en este periodo son por causas «ajenas» a la compañía. Pero también se han registrado casos en los que ni las protestas ni el DANA estaban detrás. El día 9 de octubre había un problema de suministro eléctrico, por falta de tensión, en la línea desde Torredembarra a Tarragona y hasta Reus. El 4 de noviembre se registraba un problema similar en la zona de Mont-roig, que se originó a las 20.30 horas y no pudo repararse hasta las 5.40 horas de la mañana. Y tan solo dos días más tarde se producía un tercer episodio. En este caso en el tramo de vía entre Vilanova y Cunit, cuando se registró una avería en la catenaria, que provocó retrasos de más de 25 minutos en los trenes regionales, de larga distancia y de la R2 sur.

Corren malos tiempos para los usuarios del transporte público.

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