- ¿Qué siente cuando ve que en Barcelona la confluencia entre ICV, Guanyem y Podemos le dará la alcaldía a Ada Colau y, en cambio, en Tarragona no pudieron ni configurar una candidatura?
- Da muchísima rabia. Barcelona es el ejemplo de una confluencia que estaba diseñada para ganar y para gobernar. En ese acuerdo los actores se respetan y han sumado.
- ¿Qué pasó en Tarragona?
- Las diferentes fuerzas no nos sentimos llamadas a cerrar el acuerdo. Sin Podemos era muy difícil, ya que ellos representaban el cambio. Donde se ha llegado a un pacto, como Barcelona o Madrid, se han logrado muy buenos resultados.
- ¿Es el modelo a seguir?
- Sí, siempre lo he dicho. Debemos articular un discurso amplio de izquierdas. La voluntad debe ser gobernar para transformar, no estar en la oposición para hacer de mosca cojonera.
- Usted hasta estuvo dispuesta a dejar paso para que el acuerdo se materializara...
- Sí, no quería ser un problema. Las razones del veto fueron bastante absurdas.
- No ha sido una campaña ni una precampaña normal para usted...
- No, en principio preveíamos otro escenario y al final la tuvimos que rediseñar en un tiempo récord.
- ¿El resultado avala el trabajo que ha realizado durante los últimos años?
- Sí. Entre 2011 y 2015 sólo ha habido un partido en la oposición, mientras que había tres que tiraban hacia adelante las políticas municipales.
- Usted votó en contra de tres de los cuatro presupuestos y del plan de ajuste económico y sólo se abstuvo en unas cuentas.
- Cuando uno se dedica a la política debe intentar ser útil. En el presupuesto que me abstuve fue a cambio de incluir cosas que me parecieron interesantes.
- ¿Ballesteros miró hacia la derecha durante el mandato?
- No tenía otro remedio...
- Ahora tendrá más opciones...
- Sí, podrá mirar a la izquierda o hacia a la derecha... A partir de junio se sabrá si sus acuerdos con CiU o PP eran amor o interés (ríe).
- ¿Negociará entrar en el gobierno con Ballesteros?
- Conversaremos. Yo siempre hablo de todo.
- ¿Ve posible el acuerdo?
- Yo me veo incluso de alcaldesa. La cuestión es si podremos aplicar el programa. Si se puede, deberían estudiarse las condiciones, ya que gobernar por gobernar no tiene sentido.
- ¿Es compatible el programa del PSC con el de ICV?
- Deberían hacer muchos cambios.
- ¿Lo descarta?
- Yo descarto muy pocas cosas.
- ¿Cree que sería necesario otro partido o vería con buenos ojos un gobierno en minoría entre usted y el PSC?
- Esto debe liderarlo el alcalde. Ahora todo está muy abierto.
- El Tripartit suma...
- Lo que queda claro es que en Tarragona hay mucha sensibilidad de izquierdas. Entre PSC, ICV, ERCy CUP sumamos 16 de los 27 concejales.
- Usted ha sido la voz más crítica con el gobierno del PSC...
- Sí, pero siempre desde una voluntad constructiva.
- ¿Qué debería cambiar el PSC para pactar con ICV?
- Debe dar un giro hacia la izquierda y priorizar el rescate de las personas. Ballesteros también ha bendecido BCNWorld, que fomenta un tipo de economía de empleo precario...
- Usted dijo que no gestionaría pensando ni en las inmobiliarias ni en las promotoras, ‘como CiU y PSC’...
- Sí, hice un repaso sobre cómo se ha construido esta ciudad. Me refería a la época de Nadal, que se basó en el modelo del ‘ladrillo’. Y el PSC no lo ha frenado. Ballesteros ha renunciado a transformar la ciudad.
- ¿Ballesteros es igual que Joan Miquel Nadal?
- No, él tiene más sensibilidad social. El problema es que es compasivo, cuando debería ser combativo contra las injusticias.
- Ahora debe ejecutarse un nuevo POUM...
- Construcción habrá poca, sólo la zona de Ikea.
- ¿El proyecto de 2017 es continuar con el ‘ladrillo’?
- Sí. Lo que se debería hacer sería una evaluación sobre los costes y los beneficios que comportará, ya que aún no se sabe ni la implicación del Estado.
- ¿Cuándo debería hacerse?
- Este mismo año. Si no llega el dinero de Madrid debemos saber cuánto nos costará, y cuánto tiempo tardaremos en devolverlo.
- ¿Si no salen los números se debería renunciar a los Juegos?
- Sí, clarísimamente.