«Para ser mediador tienes que conocer tus prejuicios»

Entrevista. Emma López, codirectora del Postgrado en mediación de la URV. Otras maneras Esta abogada cree que los ciudadanos deben recuperar el protagonismo a la hora de resolver sus problemas y no dejarlo todo a la justicia

22 enero 2020 10:00 | Actualizado a 22 enero 2020 10:18
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Emma López (Tarragona 1974) es abogada, tiene un máster en derecho internacional de negocios y otro en mediación. Sus primeros contactos con esta forma de resolución de conflictos fueron durante su trabajo en el Ministerio de Justicia de Reino Unido. Hoy es codirectora de del posgrado de esta materia en la URV.

¿Qué hace falta para ser mediador?

Lo que pide la ley catalana es que tengas un grado. Antes, en el 2009, se pedía que fueras licenciado en derecho, psicólogo, pedagogo, trabajador social... Ahora puedes ser graduado en cualquier área pero debes tener una formación específica... Los criterios son exigentes. Cada dos años, además, para mantenernos activos en las listas del Departament Justícia, necesitamos 40 horas de formación. También debemos tener una póliza de seguros de responsabilidad civil específica.

¿Qué profesionales estudian el máster de la URV?

Los alumnos siguen viniendo de dos grandes áreas: el derecho y el ámbito social, pero la verdad es que hemos tenido ingenieros, enfermeras, miembros de cuerpos policiales, maestros...

¿Hay que tener un carácter especial para ser mediador?

Sí, yo creo que tienes que tener cierta predisposición. Se supone que si tienes un carácter más empático puedes ser mejor mediador, pero al final hay dos cosas que son vitales: el autoconocimiento; saber qué te falta, y tener técnicas y habilidades como saber gestionar el silencio, las emociones, hacer que la gente se escuche... O sea, se puede aprender.

¿Cómo se garantiza que el mediador es imparcial?

La garantía está en buscar un profesional que tenga una buena formación en estas técnicas y habilidades. Tienes que se imparcial respecto a las personas y neutral respecto al tema que se toca. Como mediador no puedes sugerir soluciones. Para esto tienes que haber trabajado mucho tus prejuicios en sentido amplio, cuál es tu concepto de vida. Por ejemplo, tu concepto de familia puede salir en el proceso de mediación cuando haces una pregunta o estas mediando en el diálogo.

¿Quién elige el mediador y quién lo paga?

Puedes acceder al mediador por diferentes vías: mediante el servicio del Ayuntamiento de Tarragona, por ejemplo, que es gratuito para temas vecinales. Otra manera es que hayas hecho una demanda, se haya abierto el proceso y el juez te envíe a mediación. También puedes ir directamente al Departamento de Justicia. y pedir la mediación. En estos dos últimos casos hay un precio fijado de 80 euros por sesión... Las partes también pueden elegir un mediador por su cuenta.

¿Hay instituciones que están contratando mediadores?

Sí, por ejemplo el Consell de Cambres de Comerç de Catalunya tiene un centro de mediación propio, lo mismo el colegio de notarios, el de administradores de fincas... Además,hay empresas que los contratan para temas de recursos humanos.

Pero hay conflicto excluidos de la mediación como la violencia de género ¿no?

Yo soy de la opinión de que sea el mediador quien, como profesional, haga una análisis del conflicto y determine si es mediable o no. En 35 estados de la Unión Europea solo hay cuatro, incluido España, que tienen prohibida la mediación en violencia de género. ¿El resto de estados están equivocados y España es muy moderna? Yo creo que hay que adaptar el proceso a lo que sea necesario, especialmente si hay hijos... Y siempre que sea útil para la víctima.

¿Los políticos deberían estar obligados a recibir formación en mediación?

Completamente. Cualquier democracia madura entiende que la solución de conflictos pasa por el diálogo, pero no de postureo, de salir en la foto, sino de sentarse y hablar. Los jueces y abogados tienen una función que es la interpretación de la ley, pero estamos muy acostumbrados a que sean ellos los que nos tienen que decir qué hacer, les hemos cedido en ellos la responsabilidad.

¿Algún caso en que a priori le pareciera muy difícil llegar a un acuerdo?

Recuerdo particularmente un caso de familia en que las dos personas vinieron a mediación por separado y cuando estuvieron preparadas se juntaron y pudieron hablar. Bajaron al bar y se tomaron un café. Cuando volvieron a la siguiente sesión de mediación habían llegado a un acuerdo y lo que hicimos fue transcribirlo. De hecho estaban muy agradecidas. Hacía más de un año y medio que no se hablaban directamente... Puede parecer muy naif, pero el momento en que las personas pueden volver a hablar es un momento mágico.

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