Personas con discapacidad física se estrenan como submarinistas

La práctica se realizó en la Arrabassada en colaboración con el Institut Guttman y submarinistas de la SES

24 junio 2017 08:00 | Actualizado a 30 abril 2019 09:42
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Diez pacientes con discapacidades físicas del hospital Joan XXIII se estrenaron ayer como submarinistas. Lo hicieron en una actividad impulsada por el centro, para celebrar el 50 aniversario de la institución, y en colaboración con el Institut Guttman y la Societat d’Exploracions Submarines (SES). A los pacientes, seleccionados por el servicio de rehabilitación, se les sometió a un entrenamiento en piscina la semana pasada y ayer pusieron en práctica lo aprendido en la playa de la Arrabassada

La iniciativa se enmarca en una serie de actividades que el hospital Joan XXIII ha programado para celebrar su cincuenta aniversario y con las que se quiere acercar a la sociedad. Javier Rodríguez, jefe de servicio de cirugía maxilofacial del Joan XXIII y buceador desde hace 30 años, participa en actividades similares con los instructores del Institut Guttman desde hace diez años en la Costa Brava y propuso organizar esta actividad para una decena de pacientes en Tarragona.

Es la primera vez que se hace una actividad de estas características, que se espera repetir

Esta es la primera vez que se hace un ‘bautizo’ de submarinismo para personas con discapacidades físicas pero el jefe de servicio de cirugía maxilofacial espera que se repita año tras año, ya que conlleva múltiples beneficios para los participantes. «Para la gente que tiene cierto grado de dificultad en la movilidad, estar en el agua, sentirse ingrávido, independiente totalmente y pudiendo hacer una actividad como una persona perfectamente normal les da un grado de felicidad y de libertad muy importante», afirmó.

Pero, aparte de eso, el submarinismo para este tipo de pacientes tiene otros beneficios. Según Rodríguez, muchas personas que tienen la movilidad reducida tienden al sobrepeso. Mostrarles, con la ayuda de monitores, que pueden hacer una actividad como el submarinismo - «y licenciarse y tener sus títulos, como cualquier otro» - los motiva «para cuidarse», apuntó.
De la misma opinión es Manel Salcedo, de la SES, que explica que los participantes sienten una «ilusión brutal al poder hacerlo» y que la sensación de ingravidez y de estar dentro del agua y poderse mover les va muy bien».

Estar flotando en el espacio

Por ello, Salcedo también espera que esta no sea la única ocasión. Rodríguez afirmó que lo más difícil fue empezar pero que, una vez hechos los contactos con la SES, todo ha ido rodado: «Nos lo han facilitado todo, nos han reservado aparcamiento, el acceso a la playa ... El próximo año sería más fácil repetir, dijo.

Uno de los participantes destacó la sensación de libertad que sintió

Uno de los participantes fue Sebastià García, que al terminar la actividad de buceo explicó que la sensación dentro del agua es «extraña» porque «es como estar flotando o en el espacio». Garcia explicó que le han llevado hasta las boyas de la playa para hacer una inmersión de más de 20 minutos, de la que ha disfrutado mucho «porque aunque no puedas moverte como quisieras, es una sensación de libertad».

En la actividad participaron diez personas con discapacidad física, acompañados de unos diez monitores del SES y la Creu Roja. 

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