¿Pescado sostenible? Sí, de temporada y de proximidad

Si escogemos especies de caladeros cercanos reduciremos el impacto ambiental de la pesca

28 diciembre 2019 09:50 | Actualizado a 28 diciembre 2019 13:14
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¿Cuándo fue la última vez que compraste pescado fresco? Por una cuestión de probabilidad seguramente hace mucho tiempo. El pescado es uno de aquellos productos que se incluyen en la dieta mediterránea pero que, por comodidad, solemos desterrar primero. Y si has comprado, muy probablemente, será pescado proveniente de pesca industrial, congelado y de unas pocas especies, probablemente: merluza, sardinas, salmón, lenguado o bacalao.

Esa falta de variedad ocasiona que los recursos pesqueros estén cada vez peor y la pesca industrial es un método que utiliza una máxima: conseguir el mayor número de ejemplares en el menor tiempo posible. Para ello se utilizan métodos muy sofisticados para rentabilizar al máximo el tiempo en el mar. Con estos métodos se consigue que en todo el mundo se recojan más de 30 millones de toneladas al año con 1 millón de personas que trabajan en ese sector. En cambio, en la pesca artesanal se recogen 24 millones de toneladas con más de 12 millones de personas que trabajan en todo el mundo. La eficiencia está servida. Pero, como consumidores de nuestro propio entorno ¿debemos que tener en cuenta otras cosas?

Sabemos que la pesca industrial, tal y como está organizada actualmente, no garantiza un futuro con océanos y mares llenos de peces y tampoco genera trabajo para las comunidades que directamente dependen de ellos. Para garantizar un futuro con pescado de calidad tenemos que luchar en un doble sentido, por un lado, conseguir unas mejores prácticas de la pesca industrial y contrapesar a la pesca industrial con un modelo de pesca sostenible: esta es, aquella cuyas prácticas pueden mantenerse indefinidamente sin reducir la capacidad de las especies. ¿Qué podemos hacer nosotros como consumidores? En primer lugar, escoger siempre pescado de temporada. El pescado, como todos los animales, tiene su propio ciclo biológico y se tiene que respetar. Existe un momento óptimo en el cual por la abundancia y la calidad de su carne, el consumo es más aconsejable.

En segundo lugar, fijarnos en el método de pesca. Además, si consumimos el pescado de temporada, podremos cumplir que sea de pesca artesanal. Esta pesca siempre se relaciona con un pescado local y de proximidad. Si escogemos especies que vengan de caladeros próximos, reduciremos el impacto ambiental, la emisión de CO2 y, a la vez, reduciremos el consumo de otras especies más consumidas.

¿Pescado ecológico?

Uno de los criterios para definir un producto ecológico es que los animales estén alimentados con productos ecológicos, pero un pescado que vive en el mar de forma salvaje no se puede controlar de ninguna manera. Así que no podrá cumplir con los criterios para acreditarse como ecológico. La cuestión es que si el pescado es salvaje será nuestra mejor garantía, porque tendrá unas condiciones naturales y de vida en libertad.

Os animamos a consumir pescado, mejor si es salvaje, de proximidad, pescado con pesca extractiva y de temporada. Será mejor para nosotros y para nuestro entorno. Puede parecer misión imposible, pero no lo es. Hay que revisar la etiqueta que es obligatoria también en el pescado fresco e informarnos.

En Tarragona lo tenemos muy fácil, en el Mercado municipal te pueden orientar. Ellos son expertos que cada día compran en la lonja de Tarragona y muchos de sus productos cumplen con esos requisitos.

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