Pilones y terrazas, obstáculos para ambulancias y bomberos en la Part Alta de Tarragona

El pasado 21 de agosto, un vehículo del SEM no pudo entrar por el Arc del Roser y tuvo que dar la vuelta a la Part Alta hasta llegar al domicilio de un hombre que había sufrido una lipotimia

08 septiembre 2019 14:52 | Actualizado a 08 septiembre 2019 15:00
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Faltaban dos minutos para las dos de la tarde, cuando el pasado 21 de agosto el SEM pedía a la Guàrdia Urbana de Tarragona que bajase el pilón retráctil del Arc del Roser. Una ambulancia tenía que ir a socorrer a un vecino que había sufrido una lipotimia leve. Pero nadie cogía el teléfono en la central policial y, por lo tanto, el vehículo de emergencias médicas tardó más de lo normal en llegar al domicilio. Optó por no esperar más y dar la vuelta para entrar por el Portal de Sant Antoni y adentrarse así en la Part Alta. A pesar del contratiempo, la ambulancia estaba a sitio a las 14.04h.

Este es solo un ejemplo de algunas de las situaciones que se encuentran técnicos de ambulancias y bomberos durante sus servicios. Trabajadores de ambos colectivos aseguran que la Part Alta de la ciudad es la más problemática, a causa de los pilones móviles, de la gran cantidad de terrazas de bares que obstaculizan el paso y, por último, de la estrechez de sus calles. Por su parte, el SEM comenta que «no tenemos identificadas incidencias recurrentes. Sí que es cierto que, de forma muy puntual, nos hemos encontrado con alguna dificultad. Pero en el peor de los casos, siempre hay alternativa, como por ejemplo, acceder andando hasta el domicilio en cuestión», aseguran fuentes oficiales del SEM. 

Algunos pilones deben ser accionados por el vigilante del Palacio Municipal

Según explica un técnico de ambulancias, el pasado 21 de agosto ocurrió lo siguiente: «El vehículo del CAP Muralles es el único que está autorizado para poder entrar por el Arc del Roser. Pero recientemente éste se retiró por un tema de kilometraje y fue sustituido por otro. El problema es que el pilón no reconoce ni lee la matrícula del nuevo vehículo». Fue entonces cuando desde el SEM se avisó a la Guàrdia Urbana sin éxito. En este caso, el paciente sufría una lipotimia leve, pero el comité de empresa de Ambulancias Egara alerta de que algún día ocurrirá «alguna desgracia», ya que «no todas las matrículas están codificadas y el tiempo en materia médica puede ser crucial para el paciente». 

«En el peor de los casos siempre hay alternativa, como por ejemplo, acceder andando», apuntan desde el SEM

Por esto, los trabajadores proponen que las ambulancias y otros servicios de emergencias dispongan de mandos a distancia que permitan accionar el pilón de manera automática, tal como se hace en algunos municipios de la provincia, como por ejemplo, en Montblanc. 

En Tarragona ciudad hay tres sistemas para bajar o subir estos obstáculos. En primer lugar, el de lectura de matrícula. Es el caso del Arc del Roser. El segundo, el de control telefónico, como ocurre en zonas como la calle Armanyà. Los conductores de los vehículos autorizados para pasar por allí deben marcar un número telefónico y, automáticamente, el pilón se esconde. En el caso de la Plaça de la Font y de la calle Salines, el interesado debe avisar al vigilante del Palacio Municipal, quien será el encargado de accionar el sistema en caso de emergencia. «Es un tanto farragoso», asegura un técnico de ambulancias. 
Cabe recordar que estos pilones están escondidos durante parte de la mañana, para permitir así que los camiones descarguen el género en bares y restaurantes.

«Ha habido alguna incidencia puntual, pero siempre se ha resuelto. No lo vemos como un problema», exponen los Bombers de la Generalitat

«Los que nos conocemos la Part Alta no tenemos tanto problema. Somos conscientes de que en cualquier momento debemos buscarnos la vida para llegar al destino. Lo único que pedimos es que nos faciliten el trabajo», aseguran desde el comité de empresa de Ambulancias Egara. 

Terrazas inoportunas

Por su parte, un bombero –quien prefiere mantenerse en el anonimato– explica que «no siempre se accionan los pilones retráctiles con la celeridad que sería necesaria». Pero el colectivo asegura que tiene un enemigo todavía peor: las terrazas de los bares, que les dificultan el paso durante sus servicios. «Es un jaleo impresionante. La zona de la Plaça Jacint Verdaguer, de la calle Sant Agustí o de la Plaça de la Font son muy complicadas para trabajar. Están llenas de terrazas y la autoescalera no puedo acceder», explica. 

«Hay calles repletas de terrazas que no nos permiten hacer nuestro trabajo. Es un jaleo», asegura un Bombero anónimo

Fuentes oficiales de los Bombers de la Generalitat quitan hierro al asunto y aseguran que «es posible que haya habido alguna incidencia concreta, pero nunca ha ido más allá y se ha acabado solucionando».

«No todas las matriculas están codificadas y el tiempo es crucial para el paciente», dicen desde el Comité de empresa Ambulancias Egara

Finalmente, desde la Associació de Veïns de La Catedral, entidad que lleva años luchando por mejorar el sistema en la Part Alta, opina que «estos pilones deben estar para que el barrio no parezca la Gran Vía, pero detrás debería haber una mejor estructura para evitar así incidentes como los que ha habido en un pasado», asegura el presidente de la entidad, Jordi Ferré, quien cree que «poco a poco, se ve mejora».

Calles estrechas y bolardos antiterroristas

Los pilones y las terrazas no son los únicos elementos que dificultan la labor de los servicios de emergencia. Las calles estrechas no permiten a los bomberos acceder con normalidad a la Part Alta. También ocurre algo parecido en El Serrallo, concretamente en la calle Espinach, donde hace unos años se instalaron unos pilones fijos que estrechan todavía más la vía. Otro de los enemigos para ambulancias y bomberos son los bolardos ubicados en la Rambla Nova, que se instalaron justo después de los atentados en Barcelona y Cambrils. «Antes podíamos acceder con la ambulancia al centro de la Rambla y así evitar el colapso de coches. Ahora no podemos», explica un técnico. 

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