Pitote descomunal de coches en la Plaça de la Font

Ha pasado lo que ya se veía venir desde el primer día. Las nuevas medidas de movilidad generaron una situación de caos en la Plaça de la Font con coches en dirección prohibida y mucha impaciencia.

01 agosto 2017 11:30 | Actualizado a 10 noviembre 2017 19:54
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Ha pasado lo inevitable. Una semana después de que el Ayuntamiento de Tarragona anunciase que ponía en funcionamiento un conjunto de nuevas medidas en la movilidad de la Part Alta, se han registrado las primeras incidencias. La Plaça de la Font vivió a lo largo de todo el día una situación de auténtico caos. Largas colas de vehículos retenidos, pitidos y un desconcierto general, con los conductores perdiendo la paciencia, los camiones de carga y descarga haciendo el reparto y los grupos de turistas cruzándose entre los vehículos. 

El foco del problema fue el acceso al párking de la Plaça de la Font. Ahora se hace a través del carrer del Portalet, de forma que los vehículos que suben, cuando el párking está lleno, como no hay un cartel en la Rambla, se quedan atrapados. Coincidió ayer con un día encapotado en el que los turistas no podían ir a la playa, por lo que el núcleo histórico registró una gran afluencia de gente de turismos. ¿Y qué hacían los vehículos? Pues lo que podían. Algunos giraron en medio de la calle, intentando maniobrar en la entrada de la plaza. Otros optaron por entrar al párking e intentar salir para dar la vuelta. Pero si a esta situación de caos le añadimos que el pilón que debía instalarse en la calle Sant Oleguer aún no está, y que por tanto siguen entrando los coches por la calle Cós del Bou, el embudo que se formó en  fue de tamaño descomunal. 

Al mediodía se vivió una situación rocambulesca. En medio del caos, algunos conductores intentaron salir a toda cuesta, aunque esto supusiera meterse en dirección prohibida, para subir por la Baixada de la Misericòrdia y la calle Major. Fue a la una de la tarde aproximadamente, cuando aún había camiones de carga y descarga haciendo el reparto, a pesar de que el horario en la Part Alta está limitado a las mañanas, hasta las once.

El caos se registró a lo largo de todo el día, ante la impotencia de los comerciantes y bares de la zona que miraban atónitos lo que se estaba produciendo sin  hacer acto de presencia los agentes de la Guàrdia Urbana. 

¿No ha llegado el momento de hacer un plan de movilidad de verdad para esta zona?

La situación puso de manifiesto que la movilidad en el entorno del Casc Antic no está resuelta y que las medidas que se están impulsando tan solo son parches que dificultan aún más la circulación en todo el perímetro de la muralla. La Rambla Vella ha pasado de tres a dos carriles, al adaptar uno de estos para la carga y descarga y como aparcamiento. Se ganan unas plazas para estacionar como previamente ya se hizo en la Via de l’Imperi Romà, donde puede dejarse el coche a partir de las nueve de la noche a las 6 de la mañana. Pero, ¿se ha tenido en cuenta que ambas vías son arterias principales de acceso al hospital de Santa Tecla? 

A partir del jueves y durante los fines de semana, cuando esta zona acostumbra a estar colapsada de vehículos que buscan un sitio para aparcar cerca de la Part Alta, la Via de l’Imperi es una auténtica ratonera para las ambulancias que se dirigen al centro hospitalario. Ahora se ha apostado por una solución similar en el caso de la Rambla Vella.

Más allá de pequeñas actuaciones, cambios y parches ¿no ha llegado el momento de hacer un plan de movilidad de verdad para esta zona? Si los accesos al barrio son así de complicados, mejor no entrar a valorar cómo moverse por el interior. 

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