Plantas asociadas a las brujas

Remedios ancestrales. Especialistas en aromaterapia mágica recuperan el saber antiguo

10 enero 2018 12:19 | Actualizado a 10 enero 2018 12:47
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Muchas de las mujeres consideradas brujas durante la Edad Media y la Edad Moderna eran en realidad excelentes botánicas que aprovechaban los recursos que tenían a su alcance, que les proporcionaba la Tierra para remediar los problemas de salud de su comunidad.

Sabían dónde recoger las plantas adecuadas, cuándo, cómo y, sobre todo, para qué se debían utilizar.

La plataforma digital doctoralia.es cuenta que antiguamente el dolor de cabeza se curaba con infusiones de corteza de sauce, porque contiene ácido acetilsalicílico, ni más ni menos que el que se halla en las aspirinas actuales.

Los que padecían de insomnio solo tenían que recurrir a las semillas de amapola. La acción sedante que producen las cápsulas encontradas dentro de la semilla de esta flor ha ayudado a la humanidad a conciliar el sueño durante miles de años.

Asimismo, los usos históricos de granada y albaricoque como anticonceptivos se deben al hallazgo de estrona en sus semillas, una hormona estrogénica

No obstante, su consumo debía ser acorde con el ciclo menstrual de la mujer.

Con el tiempo y las nuevas tecnologías la sociedad se ha ido olvidando de estos remedios medicinales que en ocasiones se han rodeado de un halo mágico.

A pesar de ser remedios naturales utilizados a lo largo de la historia, estas potentes plantas, a menudo venenosas, acabaron demonizándose, así como las personas que las utilizaban, las brujas, normalmente mujeres. 

Brujas y brujería

Es precisamente este arte ancestral el que están recuperando Rubén Vargas y María José García en Olei Ars (en Facebook: fb.com/OleiArs).

Tal y como explicaron en una conferencia en El Corte Inglés, «buscamos recuperar las artes antiguas, el saber oculto de diferentes territorios» 

Al mismo tiempo, se dedican a elaborar y vender productos naturales basándose en este arte antiguo de los aceites esenciales. 

Estos especialistas en aromaterapia mágica hablan de la Senda de los Venenos, «una faceta de la brujería que se presenta como una vía mistérica. Se fundamenta en la experiencia personal, individual y propia. Por eso no hay un corpus de enseñanza fijo. Lo que sí existe es el conocimiento que se ha pasado de generación en generación y que tiene que ver con esa planta o el espíritu de esa planta que nos ayuda con fines medicinales o mágicos».

María José y Rubén datan el término brujo del siglo XV, de 1424 y añaden que «la brujería se basa en el animismo o en la creencia de que todo tiene un alma, el agua, el aceite, una planta...

«Antiguamente cuando a alguien se le daba el título de bruja o brujo, esta persona automáticamente quedaba al margen de la comunidad y al mismo tiempo a su servicio. Interactuaba con los espíritus para que hubiera buenas cosechas, buenas lluvias, salud, buenos partos...». 

Algunas de estas plantas más destacadas son la mandrágora  (mandrágora officinalis), el toloache (datura Innoxia), primo hermano del estramonio y la belladona (atropa belladonna), «una de las reinas dentro de las plantas brujas, si se le puede poner esa denominación.

Es la más venenosa de todas y con la que se debe ir con cautela. Pero utilizada por un especialista es un remedio excelente para muchísimas dolencias», aseguran desde Olei Ars. Atropa es una de las tres parcas «que en la mitología grecorromana cortaban el hilo de la vida», aseveran.

Todas estas plantas mitificadas y que se han reservado únicamente al terreno de la brujería se han utilizado y se utilizan como medicinas

No obstante, María José remarca que «nunca vamos a recomendar que alguien no tome un medicamento, jamás. Pero nosotros presentamos una primera opción relacionada con el mundo natural, vegetal. Conocemos los ungüentos que experimentamos nosotros mismos».

Propiedades medicinales

Estos especialistas de Olei Ars lanzan algunas propuestas. Así, el ungüento de mandrágora se utiliza externamente y está indicado para las articulaciones doloridas, picaduras de insectos y quemaduras. Se aplica en las sienes y en la parte posterior del cuello. Alivia el dolor, la inflamación y relaja los músculos.

También aumenta la lívido y potencia los orgasmos. En este sentido, el ylang ylang es un aceite esencial muy unido a la mandrágora porque, entre sus muchos usos, es muy utilizado como desinhibidor.

El ungüento de beleño negro y blanco es un «gran analgésico», antiinflamatorio y sedante. Su uso también es externo aplicado a articulaciones doloridas y músculos y es efectivo como calmante para los nervios.

Uno de los aceites esenciales vinculado al beleño es la bergamota, propio para todo lo que tiene que ver con la ansiedad y el estrés.

«La joya de la corona» es la rosa de damasco. Es uno de los aceites esenciales más caros del mercado pero es ideal para muchas cosas». 
Olei Ars también imparte formación específica de aromaterapia mágica.

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