Podemos en la costa y ERC en el interior: mira cómo Tarragona acentúa su giro a la izquierda pueblo a pueblo

ERC se impuso en 93 pueblos. En 24 le arrebató la victoria a CDC, cuya presencia se diluye aún más. En Comú Podem basó su triunfo en un voto costero y urbano. Venció en 47 municipios

19 mayo 2017 18:55 | Actualizado a 21 mayo 2017 17:39
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Tarragona ha acentuado el giro a la izquierda apuntado en la convocatoria a las urnas de diciembre. Con pocos cambios en el cómputo global de la provincia, las fuerzas de la izquierda, además de copar las tres primeras posiciones, han aumentado su porcentaje de voto, aunque haya sido poco más del 3%: del 53,92% de los sufragios cosechado el 20-D se ha pasado al 57,17% de este 26-J. A su vez, las fuerzas englobadas en la derecha descienden en apoyos. La suma de los votos de PP, CDC y Ciudadanos pasa del 41,76% de los apoyos al 39,92%.

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La inercia de esa deriva hacia la izquierda se fundamenta en la hegemonía de En Comú Podem y ERC que, salvo excepciones, se reparten la victoria en la mayoría de municipios de la provincia, bajo una tónica que se reproduce: mientras la formación lila se impone en las grandes ciudades y en la costa, los republicanos se adjudican la victoria en el interior y las poblaciones menores.

El medio año de diferencia entre una convocatoria y otra hace que los cambios sean escasos. Sólo en 34 municipios de los 184 que hay en la provincia (el 18%) ha cambiado el vencedor. ERC se ha impuesto en más de la mitad de los municipios: 93. El 20-D había conseguido victorias en 68 localidades, por lo que un aumento de 2.275 sufragios en la provincia le ha servido para imponerse en 25 poblaciones más, haciendo de la Tarragona rural un auténtico bastión.

Los republicanos han tintado de amarillo el mapa a costa de Convergència, que ha podido mantener su diputado a pesar de perder 10.000 votos en las comarcas tarraconenses y su dominio en numerosos municipios. Si en diciembre CDC (bajo las siglas de Democràcia i Llibertat) se imponía en 58 poblaciones, en esta ocasión se tiene que conformar con prácticamente la mitad: 32. ERC ha logrado ese ‘sorpasso’ particular contra CDC en 24 municipios en los que los convergentes sí se habían impuesto en 2015. En Castellvell, la Riera de Gaià, La Selva del Camp, Prades, Sarral, Vilaverd, Vimbodí, Gandesa o Móra d’Ebre los republicanos se han agenciado esa batalla cerrada con el otro partido independentista, CDC. Además, ERC le ha arrebatado Paüls al PSC.

Los convergentes conservan cierta presencia en algunas zonas fronterizas de la provincia con otras demarcaciones, como Horta de Sant Joan, Arnes, La Pobla de Massaluca, Vallfogona de Riucorb, Vallclara o Santa Coloma de Queralt. Eso sí, la presencia de CDC se ha visto reducida en estas nuevas elecciones generales, siendo prácticamente testimonial.

 

La paradoja de En Comú Podem

Con En Comú Podem, el partido ganador de las elecciones en la circunscripción de Tarragona, se da una paradoja. A pesar de perder 2.015 votos, logra ganar en cuatro municipios más, hasta obtener 47 victorias, en lugar de las 43 del 20-D. La coalición de izquierdas vuelve a basar su fortaleza en un voto eminentemente urbano y costero, y en ocasiones captado en la periferia de las urbes de más entidad. La fuerza violeta se lleva la victoria en siete de los diez principales municipios de la provincia, donde están las ciudades más pobladas: Tarragona, Reus, El Vendrell, Tortosa.

En ese ‘top ten’ de grandes localidades, ERC se hace con dos victorias (Valls y Amposta), mientras que el PP logra un importante triunfo en Salou, donde anteriormente se había impuesto Ciudadanos. La formación naranja, en claro retroceso, ha podido salvar su escaño, aunque tras haber perdido más de 14.000 apoyos. El partido de Albert Rivera no ha podido imponerse en ningún municipio, y eso que el 20-D había sido la fuerza más votada en lugares tan importantes como Salou y Vila-seca (llegó a sumar tres victorias, ahora no tiene ninguna).

Pero si hay un municipio tarraconense que ilustre el bajón de Ciudadanos es Mont-roig del Camp. El partido se impuso el 20-D, mientras que en esta ocasión ha quedado relegado a la quinta posición, en favor de En Comú Podem, que ha pasado del segundo puesto al primero. Ese caso es también una muestra del relativismo o la frontera difusa que marca el proceso electoral en el eje izquierda-derecha y de la alta inestabilidad que domina el voto en épocas de eclosión de nuevas propuestas: tanto Mont-roig del Camp como Vila-seca han pasado de elegir en su mayoría a un partido considerado de derechas (Ciudadanos) a dar como ganador a una coalización de izquierdas como es En Comú Podem, y todo ello con una diferencia de seis meses.

En algunos municipios se ha producido un envite entre fuerzas de izquierda. Así, En Comú Podem le arrebató la victoria a ERC en Duesaigües, mientras que hizo lo mismo en El Montmell, aunque esta vez desbancando al PSC del primer puesto, acaso como ejemplo último de ese terreno que los ‘podemitas’ han ido ‘invadiendo’ frente al partido que tradicionalmente encarnaba la izquierda histórica.

Los socialistas se han hecho con ocho victorias en municipios, dos menos que hace seis meses. El PSC ha perdido Paüls y El Montmell, mientras que ha refrendado su victoria en feudos como Constantí, La Canonja, Godall, Mas de Barberans, Tivenys, Sant Jaume d’Enveja, Benifallet o Alfara de Carles. Sin embargo, se queda sin triunfo en ninguna de las poblaciones importantes.

El incremento de votos en el Partido Popular, que pasa de sexta fuerza a cuarta, también se deja ver en el análisis municipal. Los populares, con una subida de más de 5.400 votos, pasan de dos victorias a cuatro. Revalidan su triunfo en Corbera d’Ebre y Caseres, mientras que rematan su mejoría con dos resultados remarcables: se aprovechan del declive de Ciudadanos para desterrarle de la primera plaza en Salou mientras que también se imponen en Batea, donde el 20 de diciembre la primera fuerza fue ERC.

Los resultados también han dejado entrever las diferentes lógicas con las que se vota en función de los comicios. Así, en municipios como Valls, donde CDC gobierna el Ayuntamiento, tanto el 20-D como ahora el ganador ha sido ERC. Algo parecido ha sucedido en la citada Vila-seca, donde Convergència manda con firmeza en la alcaldía aunque Ciutadans y En Comú Podem se hayan repartido los dos últimos triunfos en unas generales.

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