El próximo curso se cumplirán cinco años desde que dos profesoras de artes plásticas de instituto, Eloïsa Valero y Thais Salvat, comenzaran a trazar un plan para que los alumnos de los centros educativos de la ciudad tuvieran la oportunidad de estar en contacto directo con artistas de diferentes disciplinas.
Llamaron al programa ‘L’artista va a la escola’ y la intención era ir mucho más allá de las clases que vienen marcadas en el currículum educativo. Aquí ya no se trataba de dibujar mejor o peor, sino de crear juntos.
Después de lo aprendido en este tiempo, cuenta Eloïsa, pensaron que era el momento de dar el «salto al barrio», es decir, realizar un trabajo que saliera de la escuela y que involucrara también a la comunidad.
La idea en esta oportunidad es trabajar en la Escola Ponent y en el Institut Torreforta con la colaboración de dos artistas: Nani Blasco, productor audiovisual, y Joan Rioné, creador en el ámbito del teatro y las artes escénicas.
Ahora, el equipo está de celebración porque se ha hecho con uno de los seis premios Baldiri Reixac de Catalunya en la categoría ‘Estímul’, lo que les permitirá materializar la idea.
La escuela que redujo el absentismo invitando a los padres a clase
Nada mejor para entender cómo se trabaja en el Institut Escola Mediterrani de Campclar que entrar en la clase de primero de primaria. Los niños están sentados en tres grupos con sus fichas, unas cestas con dinero de juguete y calculadoras: están haciendo matemáticas.
Proyecto en construcción
Una de las peculiaridades de este nuevo proyecto, que se pondrá en marcha el curso que viene, es que serán los artistas quienes se pondrán al servicio de lo que los alumnos quieran trabajar. «La intención es utilizar el arte para abordar temáticas de conflicto social a resolver. Queremos demostrar que el arte es útil en la vida», explican.
Entre los temas que, a priori, les gustaría trabajar están la multiculturalidad, la educación emocional o el acoso. Eso sí, recuerdan que la clave la tendrán los niños y adolescentes, así como sus profesores, que también les acompañarán en el proceso.
El siguiente paso será contar con la implicación de toda la comunidad a través de las familias, pero también de las entidades, desde el club de fútbol hasta el Casal d’Avis.
Cuando se les pregunta a estas profesoras qué aporta un proyecto de este tipo a sus alumnos, Thais se queda con la visita reciente de un artista a su clase. Al final un alumno reconoció que la belleza de lo que había visto le había hecho llorar. «Es toda una experiencia de vida», concluye.