Preocupación en peluquerías y estéticas por la baja clientela

Preocupación entre el sector de la peluquería y la estética a las puertas de una Navidad atípica con menos clientes. Después del segundo cierre de los centros de estética, los establecimientos notan que el volumen de trabajo no se ha recuperado. Señalan que no abundan las reservas en las agendas, cuando en un año normal muchos clientes se apresurarían a pedir hora en estas fechas. Ante esta situación, el gremio de peluqueros de Tarragona y Lleida asegura que la situación es «dramática». Además, los profesionales reivindican que sus locales son espacios seguros y animan a la clientela a no descuidar la imagen a pesar de que los encuentros y reuniones sociales se vean limitadas. 

A pocos días antes de Navidad, el presidente de la Associació de Perruqueria i Barberia de Tarragona i Lleida, Pere Salcedo, lamenta que muchos establecimientos tienen prácticamente vacía la agenda, cuando habitualmente por estas fechas era difícil encontrar hora para hacerse el tinte, cortarse el cabello o peinarse. «Como no se puede salir, la gente joven no viene a la peluquería y estamos abocados a tener la mitad de trabajo o incluso menos», asegura Salcedo. El barbero explica que los clientes optan por servicios más básicos y posponen los tratamientos más caros. «La gente se espera a última hora y retrasa tanto como puede cortarse el pelo», añade Salcedo.

Por estas fechas, las agendas solían estar prácticamente llenas en un año normal

A pesar de que reconoce que no quueda otra que «aguantar y dar el mejor servicio», Salcedo calcula que alrededor de un 40% de peluquerías cerrarán si no se les rebaja la presión fiscal. Por esta razón, pide la reducción del 21% del IVA para que el sector lo pueda «repercutir» en los precios y ser más competitivos. Además, remarca que sus locales, como los de los centros de estética, son «seguros» y considera que ha sido muy «injusto» el cierre de estos establecimientos.

De hecho, la presidenta de la Associació d’Esteticistes Tarraconens Tere Rubio, señala que las profesionales están muy «desesperadas y angustiadas» porque trabajan muy poco. A diferencia del primer cierre, cuando la clientela respondió, ahora el escenario es otro. «La gente tiene miedo por su situación económica, la mitad no pedirá cita porque no se puede salir; las Navidades no serán como hasta ahora; si no te puedes juntar con los tuyos, tienes otros ánimos», afirma. Además, denuncia que las ayudes prometidas por las administraciones han llegado con cuentagotas y tilda de «injusto» el segundo cierre de los centros.

Mònica Garcia, propietaria de una peluquería en Valls (Alt Camp), certifica que los negocios están sufriendo. Explica que el trabajo ha «aflojado muchísimo» y se pregunta: «Si no puedes salir, ¿para qué te tienes que arreglar y peinar? Es un pez que se muerde la cola; un cambio muy bestia». Eli Expósito, responsable de un centro de estética, cuenta que han podido reprogramar la mayoría de las citas perdidas, en buena parte por haber mantenido unos precios competitivos. La esteticista reivindica que los espacios son seguros. «Esperamos tener más trabajo, no creo que la gente tenga que tener miedo a hacerse los servicios de siempre; esperamos que la gente se arregle aunque sea para estar en casa y con los de casa porque tenemos que empezar el año con fuerza», concluye Expósito.