Prohibido el toples en las piscinas de Tarragona

Es la única capital catalana que se resiste, por el momento, a modificar la normativa municipal

23 agosto 2019 18:06 | Actualizado a 27 septiembre 2019 12:13
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Tarragona es la única capital catalana que no permite hacer toples en las piscinas municipales. El Ayuntamiento asegura que el motivo es que estos equipamientos tienen un uso exclusivamente deportivo, y no lúdico, como es el caso de las piscinas de las otras capitales. Aún así, el gobierno municipal se compromete a estudiar una posible modificación de la normativa en algunos casos concretos. La polémica surgió hace unos meses, cuando el Síndic de Greuges pidió a todos los municipios que revisaran la normativa «con perspectiva de género».

Por su parte, el Ayuntamiento de Barcelona fue pionero en retirar cualquier regulación que prohibiera el toples en las piscinas municipales, así como cualquier otro uso de la indumentaria en función del género, por considerarla una práctica discriminatoria. El gobierno de Ada Colau instó a todos los equipamientos a cumplir con la nueva regulación. Lleida fue la siguiente. Hace unos días, las concejalías de Feminismo y Deportes de la Paeria decidieron retirar el veto de esta práctica y redactaron una normativa que permitiera a las mujeres bañarse sin la parte de arriba del bikini. 

En el caso del Ayuntamiento de Girona, se permite hacer toples en las zonas de descanso de las piscinas municipales, como por ejemplo, en el césped. Pero por el momento, la normativa dice que las mujeres no pueden bañarse sin la parte de arriba del bikini puesta. 

En Tarragona, la normativa es más restrictiva. Las piscinas municipales de la ciudad cuentan con un reglamento de uso deportivo, que se revisó hace justo un año. El documento contempla que es obligatorio el gorro de baño, el bañador o el bikini de dos piezas. Hace unos días, la concejal de Esports, Mary López (ERC), explicaba que «teniendo en cuenta las recomendaciones del Síndic de Greuges, revisaremos la normativa actual con el objetivo de incorporar sus consejos», y añadía que «la perspectiva de género es una de las líneas básicas de este gobierno y trabajamos para que sea una política transversal en todas las áreas».

El Síndic se pronunció

La polémica sobre este tema nació en mayo del año pasado, en una piscina municipal de L’Ametlla del Vallès. El municipio decidió llevar a cabo una consulta ciudadana sobre si se permitía o no la práctica del toples. La idea surgió después de que, en verano de 2017, se les prohibiera bañarse sin la parte de arriba del bikini a dos mujeres. Fue entonces cuando el Síndic de Greuges se pronunció, pidiendo a los ayuntamientos que se revisase la normativa de las piscinas porque la prohibición del toples «discrimina a las mujeres y les limita la libertad de expresión». Cada vez son más los municipios que se unen a la causa.

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