Protestas contra la llegada del buque Infanta Elena

La Coordinadora TarragonaPatrimoni de la Pau critica que 'una vez más el Port de Tarragona es escenario de la presencia de barcos de guerra, en este caso del Estado español'

19 mayo 2017 22:41 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:18
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El buque Infanta Elena de la Armada, que ha pasado tres días atracado en Tarragona con motivo del simulacro de ataque terrorista que se llevó a cabo el pasado miércoles y que ayer celebró jornada de puertas abiertas, ha generado la reacción contraria desde diversos sectores, como la Coordinadora TarragonaPatrimoni de la Pau.

En un comunicado, la entidad critica que «una vez más el Port de Tarragona es escenario de la presencia de barcos de guerra, en este caso del Estado español». «No están haciendo tareas medioambientales, ni humanitarias. Es un barco de guerra, y ya sabemos cuál es su tarea. En este caso, el control de la inmigración ilegal. Curiosa manera de resolver los conflictos, asaltando a los pobres que huyen de su pueblo empujados por el hambre y la guerra como si fueran ellos los culpables, en lugar de la víctimas», añade el texto de la Coordinadora.

El comunicado insiste en que el puerto «es una instalación civil, no militar», y que por tanto no puede «militarizarse». «No se puede estar sometido a los secretismos propios del Ministerio de Defensa, como tampoco es adecuado ver a gente armada por sus instalaciones», argumentan los activistas.

Además, consideran que Tarragona es una «ciudad de paz, de encuentro, de acogida y sobre todo de diálogo como forma de resolución de conflictos y construcción de la paz». Por ello, «la presencia del ejército no ayudará a nuestra ciudad a ser más próspera, sostenible o socialmente avanzada. Al contrario».

También la CUPenvió un comunicado a los medios de comunicación expresando su «rechazo» a la presencia del buque. «Lo que necesitan las personas expulsadas de su casa son barcos de salvamento marítimo, no de guerra», asegura la formación, que reclama que Tarragona sea «ciudad de paz, solidaria e internacionalista». «No admitimos que en nuestro puerto se encuentren barcos de guerra, y menos aún que hagan demostraciones ante la sociedad civil», concluye el texto de la CUP.

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