¿Qué hacían dos ataúdes en plena calle en Torreforta?

Sorpresa y expectación entre los vecinos de la calle Francolí de Torreforta por el hallazgo. El ‘Diari’ revela el origen de los dos féretros

25 octubre 2018 18:35 | Actualizado a 31 octubre 2018 11:43
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Temas:

Pensaban haberlo visto todo. Pero aún les quedaba capacidad para la sorpresa. Los vecinos de Torreforta fueron sorprendidos el miércoles por dos ataúdes vacíos situados al lado de los contenedores de la calle Francolí, muy cerca de la gasolinera del barrio de Ponent. No daban crédito a lo que estaban viendo. Y es que no es extraño encontrarse con un lavabo, armario o colchón apoyado en el contenedor a cualquier hora del día. ¿Pero dos ataúdes? ¿Y dónde estaban los muertos? El misterio estaba servido, pero hoy, el Diari, revela todos los detalles sobre el asunto.

Los vecinos que se encontraron con el hallazgo avisaron al presidente de la asociación de vecinos de La Floresta, Miguel Ángel Cruz. Éste envió rápidamente una foto a la concejal de Neteja, Ivana Martínez, quien no dudó ni un momento en avisar a la empresa de limpieza (FCC) para que fuera a recoger los misteriosos voluminosos. «Llamé al coordinador y le dije que enviase urgentemente un camión. También le aconsejé que mirasen en el contenedor de orgánico, por si acaso había restos humanos. Por suerte, no», recuerda Martínez, quien ayer por la mañana estaba realmente sorprendida con el descubrimiento.

El presidente de la entidad vecinal de La Floresta explicaba que «yo sufría por si una persona mayor iba a tirar la basura y se encontraba con los féretros», y añadía que «espero y deseo que se trate de ataúdes decorativos para el túnel del terror». Los ataúdes eran originales, de verdad, «aunque muy viejos y sucios», reconoce Àlex Ruiz, coordinador del servicio de limpieza de FCC. El camión se desplazó hasta la zona y se encontró con agentes de la Guàrdia Urbana. 

Desde otro punto de vista

Pasaba media hora de las ocho de la tarde cuando un vecino de la calle Francolí de Torreforta avisaba a la Guàrdia Urbana de la presencia de dos ataúdes en la vía pública. Otro vecino aseguraba saber de dónde habían salido las dos cajas de madera. Lo había visto con sus propios ojos, decía. El origen de las dos cajas de madera era un local de una empresa de construcción de la misma calle, muy conocida en el barrio. 
La Guàrdia Urbana se desplazó rápidamente hasta el lugar señalado en busca del propietario de la empresa, el supuesto infractor, quien aseguró no tener ni idea del origen de los ataúdes. La historia no podía crear más expectación entre los vecinos, quienes estaban convencidos de que saldrían en todas las portadas de los periódicos nacionales. Hacía tiempo que el barrio no estaba tan revolucionado. 

Finalmente, alguien llamó a la Guàrdia Urbana y esclareció lo ocurrido. «No se preocupen, en diez minutos los ataúdes ya no estarán en el contenedor. Nosotros nos encargamos», aseguraba el interlocutor, quien no paraba de pedir disculpas.  

Misterio resuelto

«Un amigo nos dejó su local para guardar algunos de los elementos decorativos del túnel del terror que hicimos el año pasado en el barrio de L’Albada», explicaba ayer un joven, quien prefiere no desvelar su nombre. «Dejamos los ataúdes a la intemperie y se habían podrido a causa de las fuertes lluvias de los últimos días». Sin pensárselo dos veces, el grupo de jóvenes decidió sacar los féretros al contenedor más cercano. 

No fue hasta la noche, cuando sacaron a pasear los perros, que se dieron cuenta de que había coches de policía delante de los contenedores. «Cuando vimos las luces de color azul y tanta gente alterada, ya pensamos que era por los ataúdes. No nos lo podíamos creer», explicaba el joven, quien añadía que «estuvimos toda la tarde preparando el pasaje del terror, este año en Riuclar». 

Fue entonces cuando llamaron a la Guàrdia Urbana explicando toda la historia. «Pedimos perdón por el sobresalto que hemos ocasionado. Pero no lo hicimos con mala intención», se disculpa el joven, quien, junto con sus amigos, recogieron los ataúdes y los hicieron pedazos con la intención de quemarlos. Dieron la cara y la policía no les puso ninguna multa.

Comentarios
Multimedia Diari