¿Qué hemos hecho mal?

El psicólogo Javier Urra y el sociólogo Ángel Belzunegui destacan las deficiencias educativas en relaciones humanas

24 febrero 2019 09:36 | Actualizado a 24 febrero 2019 09:39
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

La realidad que arrojan los datos convive con la paradoja de que se produce cuando el mundo entero mira a nuestro país como una referencia y copia sus herramientas y su compromiso para erradicar la violencia contra la mujer. La pregunta que se plantea inmediatamente es ¿por qué? 

El mediático psicólogo Javier Urra, de visita estos días en nuestra ciudad invitado por la Delegació de Tarragona del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya, apunta, de entrada, que «la violencia de género es estructural, se da en todo el mundo, y España es de los países donde menos hay. Desde luego, comparado con Europa, poquísima. Lo cual no quiere decir que no sea muy alta y que no sea un problemón». Asegura que «tenemos a muchas chicas, pero muchas, a las que les gusta el malote, el chulo, el perdonavidas, y está convencida de que lo va a cambiar. Se equivoca». 

«Por eso hay muchas chicas actuales a las que si el noviete le dice desnúdate, lo va a hacer para que él disfrute. Y luego, ¿qué pasa cuando hay ruptura? Hay que tener en cuenta que el 75% de los jóvenes van a romper. Pues cuando eso suceda, alguno de ellos, solo alguno, por odio o por recelo lo va a colgar en la red para siempre y para todos». En este sentido, Urra propone «enseñar a los niños y a las niñas a separarse, a la ruptura, porque la ruptura se va a producir, y no estamos haciendo nada de eso». 

«Al mismo tiempo, los chicos son muy posesivos. Siguen siendo muy celosos (el 33% de los jóvenes cree que los celos son una prueba inequívoca de amor)». 

«Entonces, ¿dónde está el problema?», se pregunta Urra, y él mismo se responde: «Que no estamos haciendo nada de lo que yo creo que es importante. Y es educar a los niños en ponerse en el lugar del otro. Tienen que aprender un juego que es esencial: el que no sabe lo que siente el otro, pierde. Y esto se tiene que hacer más con los varones. Esto de que han cambiado las cosas es bastante teórico. Yo tengo 61 años y no veo tanto cambio en lo profundo. Es más dermatológico».

Trabajar con especialistas
Es un diagnóstico que coincide en gran parte con el del sociólogo Ángel Belzunegui, quien de entrada asegura que «es una premisa falsa partir de que las generaciones venideras van a estar más concienciadas y van a ser mejores. El cambio cultural no vendrá de un modo evolutivo, hay que precipitarlo. Y esto no se logrará yendo una vez al año al instituto a darles una charla sobre respeto y feminismo; hay que trabajar con los adolescentes de forma constante, con proyectos formativos a largo plazo».

Apunta Belzunegui que «los adolescentes carecen de una buena información sobre temas como la violencia de género porque están fuera de la educación formal». Destaca que «el 90% de la información que reciben sobre sexualidad, violencia de género o igualdad les llega por internet, música, instagram..., donde los estereotipos y patrones patriarcales están a la orden del día». «Yhay que enseñarles  a identificar los patrones sexistas en las canciones que escuchan. ¿Quién ha de hacerlo? Ni los profesores ni los padres tienen herramientas para abordar la situación. No puede ser la maestra de historia o la de lengua quien lo haga, sino alguien especializado que sepa y analice con ellos el significado de esas canciones, de ese contenido de internet... Pero no se está trabajando con especialistas». 

Es por ello que Belzunegui apuesta por tratar estos temas de relaciones humanas en el centro educativo.  «Se dan matemáticas, lengua, historia... durante toda la vida, pero no se enseña a detectar el poder o el falso poder. Yesto debería formar parte del currículum de nuestros alumnos desde pequeños», concluye.

Comentarios
Multimedia Diari