«Que mi abuelo no esté enterrado junto al dictador ya será un primer triunfo»

Tarraconenses con fallecidos en el Valle de los Caídos celebran el aval del Supremo al traslado de Francisco Franco. Amadeu lucha por que su abuelo vuelva a Banyeres: «Es una alegría, un primer paso para mucha gente»

24 septiembre 2019 20:47 | Actualizado a 24 septiembre 2019 20:54
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«Es una alegría, una muy buena noticia. Estoy seguro de que va a ser un primer paso, algo que muchos familiares llevábamos mucho tiempo esperando», confiesa Amadeu Benach, nieto de Joan Benach Mercadé, un combatiente republicano de Banyeres del Penedès que descansa en el Valle de los Caídos. Joan fue llamado a filas en 1938, justo después de la derrota republicana en la Batalla de l’Ebre. Murió en 1939 defendiendo L’Espluga de Francolí. Fue enterrado en Vimbodí y trasladado al Valle de los Caídos en 1959, a más de 500 kilómetros de casa.  

Amadeu, como otros tarraconenses con familiares enterrados en el mausoleo, celebran la luz verde dada ayer por el Tribunal Supremo a una de las promesas estrella del Gobierno de Pedro Sánchez, la exhumación de Franco del Valle de los Caídos para llevarle al cementerio de El Pardo, algo que el Ejecutivo quiere abordar «cuanto antes» para alejarlo «lo más posible» de la campaña electoral.

«El simple hecho de que no esté el dictador ahí ya será una victoria, un alivio. Cuando yo vaya a ver mi abuelo y a llevarle flores podré pasar con toda la tranquilidad del mundo. Será como si estuviera enterrado en una iglesia o en un cementerio lejos de casa. Como familiar el monumento perderá ese simbolismo, y eso es algo que valoro positivamente», afirma Amadeu, que visitó esa tumba por última vez hace tres años.

Amadeu cree que la exhumación de Franco «es algo que muchos reclamábamos y también una buena parte de la sociedad, no sólo los familiares». Sin embargo, no va a acabar ahí una lucha que comenzó hace más de una década con un único objetivo: que los restos de Joan, su abuelo, puedan regresar a casa definitivamente, en este caso a su Banyeres del Penedès natal. «Es un primer paso y ahora hay que esperar. Yo seguiré pidiendo el regreso de mi abuelo, porque además tengo toda la documentación que identifica el sitio exacto en el que está», explica. 

Él no está solo en una asociación que agrupa a afectados, algunos de ellos de Tarragona, que reclaman eso mismo: la reparación. «No tengo una bola de cristal para ver qué pasará ni sé si nos beneficiará de una manera directa, pero seguiré luchando. Cuando se calmen las aguas, volveré a pedirlo. En los últimos años me había desvinculado un poco de la asociación. Una vez el traslado del dictador esté consolidado, será el turno de volver a reclamar, pero estoy contento por que esto esté saliendo bien», sostiene Amadeu, cargado, eso sí, de paciencia: «Sé que esto puede durar años, pero hay que perseverar». 

Una demanda presentada
Hace alrededor de una década, Amadeu, que ahora es alcalde de Banyeres del Penedès, presentó una demanda a través de un abogado solicitando el traslado. «Lo hice como cualquier particular pide un cambio de nicho, incluso municipalmente, porque no se trata de una fosa común en el Valle, sino que sabemos concretamente dónde están los restos».

«He ido varias veces y se te remueve el estómago. Te encuentras con gente fanática y al final acaba siendo un lugar de peregrinaje», apunta sobre un sitio convertido en icono, muy a su pesar.  

En parecida línea se expresaron ayer decenas de personas de colectivos por la memoria histórica que se concentraron ante el Supremo celebrando como «una victoria parcial» la decisión del tribunal de autorizar el traslado y exiguiendo que se abran el resto de fosas del franquismo. «Hemos ganado una primera batalla pero la lucha continúa», proclamaron. 

El Supremo, en su resolución, ha primado el «interés general frente al particular». En poco más de una hora los jueces llegaron a la unanimidad y acordaron desestimar el recurso de los Franco, que rechazaban enterrar los restos en Mingorrubio y apostaban por la cripta de la catedral madrileña, donde la hija del dictador, Carmen Franco, compró en 1987 una sepultura a perpetuidad con espacio para varios cuerpos.

La asociación de víctimas de la represión en Tarragona celebra la decisión del tribunal

Josep Viana, vocal de la Associació de víctimes de la repressió franquista a Tarragona (AVRFT), también celebra la decisión: «Hemos luchado mucho tiempo para que el dictador salga del Valle de los Caídos. Es una ignonimia nacional que estén enterradas ahí las víctimas con su verdugo». Viana considera que «se ha hecho un poco de justicia, aunque sea más algo simbólico y colateral», así que la decisión «es bienvenida» y que se traslada a un cementerio en El Pardo «es lo más razonable». Viana lo ve, sin embargo, como un paso más, positivo pero insuficiente. « Es un triunfo parcial, pero aún no se ha dado una verdadera reparación con justicia para las miles víctimas que están ahí después de más de 40 años». 

Para entidades de la memoria histórica, la determinación del Gobierno y ahora el espaldarazo del Supremo abren la puerta, aunque sea tangencialmente, a una reparación total de las víctimas que aún no están identificadas ni reconocidas, no sólo en el Valle de los Caídos. «Eran víctimas que lucharon contra él y se las llevaron allí sin pedir permiso. Pero eso pasó en todos los sitios. Muchos tarraconenses aún no saben que en L’Oliva asessinaron a 665 personas», cuenta Viana, que culmina: «Recuperar esa memoria está todavía muy lejos pero esto siempre es una inyección de moral». 

Precisamente este sábado a las 12.00 horas la Plaça de la Font de Tarragona acogerá la 107ª concentración de entidades memorialistas de Catalunya, que acumulan 10 años de reivindicaciones. 

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