'Quería homenajear a Tarragona'

En la exposición 'Olis i dibuixos a tinta d'Eugenio Molero', que se puede ver en el Espai Turisme, el autor muestra un conjunto de cuadros sobre sitios patrimoniales y emblemáticos de la ciudad

19 mayo 2017 23:02 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:23
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El Espai Turisme acoge este mes la exposición Olis i dibuixos a tinta d’Eugenio Molero. Se trata de un conjunto de obras que reproducen sitios emblemáticos de Tarragona, como la Catedral, la Font del Centenari o el Portal del Roser. En sus dibujos también se reflejan motivos folklóricos de la ciudad, como por ejemplo la Víbria o la Mulassa. Con estos óleos y dibujos a plumilla, Eugenio Molero, nacido en Toledo pero residente en Tarragona, ha querido hacer un homenaje a la ciudad en la que vive.

A Eugenio, la pasión por el dibujo y la pintura le viene desde bien pequeño, ya que de niño sus juguetes eran unos lápices de colores Alpino con los que copiaba las ilustraciones de los tebeos. Aún así, nunca ha recibido formación en este ámbito, por lo que es un artista autodidacta. «Nunca he dado clases de pintura, pero sí que he aprendido del público que visita mis exposiciones, utilizo sus comentarios para mejorar”, asegura el artista.

El toledano lleva a sus espaldas 70 exposiciones hechas, 40 de las cuales han tenido lugar en Tarragona. Nunca ha visto la pintura como un negocio, sino como su gran pasión. El artista afirma: «No vivo de la pintura, sino para la pintura». Se define como un pintor detallista y realista, con un estilo propio en el que predominan la luz, el color y la perspectiva. «En la mayoría de los cuadros busco la luz y trato de realzar los sitios que me gustan o los más emblemáticos», explica.

En esta ocasión, Eugenio ha querido dedicar una exposición a la ciudad que le acogió hace 34 años. «Quería hacer un homenaje a Tarragona, ya que, como Toledo, es una ciudad que quiero y siento mía», expresa el pintor. Tarragona es una ciudad importante para él, ya que es donde vive, y quería pintarla para reflejar su realidad.

La exposición se compone de óleos y dibujos hechos a plumilla con la técnica del puntillismo, que necesita de una gran calidad y precisión. «En el óleo, si cometes un error, puedes dejar que se seque y pintar encima, pero la plumilla requiere de un buen pulso y mucha más precisión», afirma. Molero estuvo dos años trabajando en los dibujos a plumilla. Fueron costosos, pero está muy satisfecho de su resultado. El dibujo más laborioso que pintó fue uno de la Plaça de la Seu con la fachada de la Catedral un Domingo de Ramos, en el que aparecen niños con palmas, músicos tocando y gente bailando sardanas. «Fue muy difícil de dibujar, ya que hay muchos personajes y se necesita mucha precisión, pero es del que más estoy satisfecho», comenta Molero.

El pintor explica que detrás de estas obras hay un sentimiento de estima y agradecimiento hacia la ciudad en la que vive: «Me gustaría que lo que siento yo pintando se reflejara en mis cuadros y lo viera la gente al contemplarlos. En mis obras quiero reflejar el amor a lo que estoy pintando». Molero añade que «en un cuadro está el corazón de un pintor y la manera de ver las cosas de cada uno». Para todos aquellos que quieran disfrutar de estos óleos y dibujos a tinta, la exposición permanecerá en el Espai Turisme hasta el 30 de este mes.

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