«Quien ha diseñado los parques no tiene hijos»

Crónica. Valoración ciudadana. Vecinos y usuarios habituales de las zonas infantiles reivindican una mejora de su estado, mantenimiento y seguridad

09 febrero 2020 16:40 | Actualizado a 09 febrero 2020 17:14
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Aunque pasen los años y las generaciones, la tecnología nunca podrá avanzar tanto para competir contra al aire libre, la diversión compartida con amigos y el tiempo en familia. Los parques infantiles no pasan de moda aunque parece que en Tarragona tampoco mejoren con el tiempo. Actualmente, la ciudad cuenta con 115 espacios de juego infantil repartidos por diferentes zonas en las que la distancia entre las valoraciones de los vecinos es muy poca.

Eran las 17.30 de la tarde del jueves pasado, una hora habitual en la que se puede registrar más actividad en los parques infantiles. Nerea y Judith jugaban en los columpios del parque situado frente a la Diputació y al Portal de Sant Antoni. Sus padres, vigilaban que no se alejasen mucho de la zona de juego y se acercaran a la carretera o bien a residuos y botellas que se encontraban alrededor. «Casi cada día nos encontramos basura y botellas de alcohol», comentaba Carmina, una vecina de la zona y habitual del parque.

Otro barrio, mismo problema

En el otro extremo de la ciudad, uno de las zonas infantiles más amplias situada en la Plaça dels Carros parecía desértica. Ni un niño a las 18 de la tarde. A unos metros, la Plaça dels Infants estaba llena de actividad y de quejas. «Quien ha diseñado los parques infantiles de la ciudad no tiene hijos», reivindicaba Guillermo, un vecino de la zona que estaba resignado de no ver ninguna mejora tras la presentación de un proyecto al Ayuntamiento en el que se pedía arreglar el estado del parque.

«En verano es imposible estar, no hay ni un rincón de sombra, el diseño está mal planteado. Parece un parque de lego porque no tiene nada funcional», expresaba Guillermo, quien añadía: «Hay mucha suciedad, si limpian, no se nota». La falta de columpios y el desaprovechamiento del espacio también es una de las quejas de unos vecinos a los que no les sorprendía que la Plaça dels Carros estuviera vacía. «La tienen abandonada, mucha gente sin casa vive por la zona y genera basura e inseguridad», comentaban algunas de las madres que se encontraban en el parque y que siguen esperando que sus hijos puedan disfrutar de esta zona con total confianza.

Un miedo que se expande a toda la Part Baixa a causa de la falta de iluminación de la mayoría de las calles. «Mi mujer tiene que salir corriendo cada mañana cuando aún es de noche y va a coger el tren. Siempre espero su mensaje para saber que ha llegado bien. No se explica que esto pase aquí», expresaba Guillermo.

Los vecinos de esta zona afirman haber presentado quejas formales a un Ayuntamiento que aunque ha cambiado de gobierno, parece seguir la misma línea de acción. «Siguen haciendo la cosas sin preguntarnos a los vecinos, que somos los que vivimos esto», concluía Guillermo.

Una cuestión de orgullo

El Parc Francolí es una de las zonas con más espacio para jugar, practicar deporte o simplemente disfrutar de la naturaleza. Sin embargo, su mantenimiento y sus servicios son una de las principales quejas de los vecinos. «No hay ningún bar ni chiringuito en el que poder refrescarse», declaraba Silvia, vecina de la zona y mamá de dos niñas.

Siguiendo la línea de Guillermo, la falta de sombra o el desaprovechamiento del espacio y escasez de columpios también son algunos de los puntos negativos que valoran los vecinos. «Tampoco hay baños. Creo que tenemos un espacio con muchas posibilidades pero parece que no interesa crear un parque del que los ciudadanos podemos enorgullecernos», reivindicaba Silvia. Una reflexión compartida por muchos vecinos que esperan ser escuchados.

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