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Tarragona forma parte de las diecinueve ciudades españolas en las que el operador ferroviario Renfe prevé iniciar el despliegue de la plataforma RaaS, que corresponde a la siglas de Renfe as a Service. Según explica el operador ferroviario, se trata de una herramienta que integrará todas las modalidades de transporte de cara a los ciudadanos, permitiendo planificar viajes desde que el cliente sale de su casa hasta que llega a su destino.
«A través de una aplicación móvil podrá indicarse el itinerario y te ofrecerá las alternativas de transporte, el precio, el impacto sobre la huella de carbono y la opción más rápida», indica el director general de Estrategia e Innovación de Renfe, Manel Villalante. La idea es que todo el sistema de transporte de una ciudad o de un territorio esté integrado en esta plataforma, de manera que el usuario podrá planificar su desplazamiento independientemente de si coge un cercanías, un tren de alta velocidad o si utiliza la micromovilidad. Esto implica que los pasajeros tendrán la opción de comprar unos billetes de tren, pedir un taxi, alquilar una bicicleta pública o contactar con una empresa de alquiler de patinetes. «Se integra cualquier que quiera y después hay que tener en cuenta que la plataforma siempre promocionará la modalidad más sostenible, por tanto el transporte público», añade Villalante.
Renfe prevé llegar a acuerdos con los consorcios y operadores privados para nutrir esta gran cadena de transporte. En este sentido, el operador asegura que «no pretendemos pisotear a nadie, sino que la imagen de los autobuses de Tarragona seguirá siendo la misma. No obstante, los usuarios podrán entrar a través de los dos canales».
La compañía prevé su implantación por fases. En un primer momento se pondrá en funcionamiento en diecinueve ciudades, que son las que ya están conectadas con el alta velocidad o que prevén estarlo próximamente, como es A Coruña. Según el calendario, esta se pondrá en marcha «a finales del año que viene». En una segunda fase se prevé que se incorporen otras diez ciudades. Asimismo, también está previsto que se incorpore el avión y los desplazamientos en barco, además de los servicios adicionales necesarios durante el trayecto y en destino, como puede ser el alojamiento o una reserva en un restaurante.
El objetivo es cubrir todo el territorio español, para más adelante llegar a acuerdos con plataformas de otras países, para que los visitantes extranjeros también puedan utilizarla durante su estancia en el país. Con todo, la compañía defiende que no es un servicio pensado de cara a los turistas, sino que el uso preferente es la movilidad cotidiana. Y, en este sentido, el operador asegura que el sistema guardará las pautas de comportamiento y ofrecerá ofertas personalizadas, en función de la demanda.
Luz verde a la licitación
El director general de Estrategia e Innovación de la compañía destaca que es un proyecto «tecnológicamente muy potente» que nace «con toda la ambición del mundo». Este está en fase embrionaria. En un primer momento, la compañía ha llevado a cabo una prueba piloto con 500 usuarios de la línea de alta velocidad Madrid-Barcelona. Tras este primer paso, el pasado día 30 de noviembre el consejo de administración de la compañía aprobó iniciar el proceso de licitación para el desarrollo de la plataforma. El contrato suma un importe total máximo de 39,5 millones durante cinco años, incluyendo las inversiones en la construcción de la plataforma, sus gastos derivados y una parte de incentivos por objetivos.
Renfe prevé atraer al tren a un mínimo de 650.000 nuevos clientes, que van a generar 1,8 millones de nuevos viajes en cinco años, incrementando entre un 3% y un 4% las ventas de billetes de tren en los principales corredores. Villalante asegura que la idea de la plataforma es que esta «ultrapase la barrera de Renfe, para dejar de ser un operador ferroviario y convertirse en un operador de movilidad». Una apuesta que la empresa hace cuando faltan pocos días para que se abra la puerta a la liberalización del sector, que permitirá la competencia ferroviaria y una oferta creciente en servicios. No obstante, Villalante asegura que la iniciativa surge en estos momentos «no tanto por la liberalización del sector, sino para evitar el riesgo de que acabe apareciendo alguien que no es del mundo del transporte».
