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Como los mejores bartender, Salva Minguella se ha convertido en un gran cómplice de la vida desde que organiza sus particulares afterworks. Desde su nuevo papel de anfitrión, el propietario de Rabat Zaida acompaña a sus amigos e invitados en los mejores momentos de su vida. Pero también en los no tan ‘mejores’.
«Quiero que mi joyería se mantenga como un punto de encuentro, con un ambiente distendido y ameno, rodeado de piezas únicas de las mejores marcas, y donde los problemas se queden aparcados en la puerta», explicaba Minguella a un grupo de ejecutivos. Se trataba de organizadores de la multinacional norteamericana de productos cosméticos Nu Skin y traían cara de decepcionados.
Eran sus últimas horas en Tarragona. Se volvían a Estados Unidos tras tomar una dura decisión que afectaría a la capital. Tenían previsto organizar un congreso los próximos días 20, 21 y 22 de abril, en la Tarraco Arena Plaça, en el que esperaban reunir a más de 3.000 personas en la ciudad. Sin embargo habían decidido suspender el encuentro «por culpa de la inestabilidad y la falta de seguridad por culpa de la compleja situación política que vive actualmente Catalunya».
Pero en casa de Minguella no hay lugar para los lamentos. El Moët & Chandon, las ostras y el jamón recién cortado volvieron a desfilar por su renovada boutique del número 35 de la Rambla Nova. Mientas, en torno a unos 50 invitados e invitadas volvieron a darse cita en este encuentro exclusivo que se ha consolidado una vez al mes en la capital tarraconense. El encuentro se alargó hasta pasada las 10.30 de la noche.
