Raquel Sans: «La declaración del 27-O fue un ‘intent desmuntat’»

Entrevista con la diputada e integrante de la ejecutiva nacional de ERC

21 septiembre 2019 18:41 | Actualizado a 13 octubre 2019 15:54
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Raquel Sans Guerra (Valls, 1980) es licenciada en Periodisme y tiene un Postgrado en Periodisme Sociolaboral. Ha trabajado en varios medios de comunicación, es experta castellera y ejerció durante dos años como jefa de gabinete de la Delegació del Govern del Camp de Tarragona. Es diputada en el Parlament desde mediados de 2018 y, desde el pasado domingo, forma parte de la ejecutiva nacional de ERC. 

El 10 de noviembre volverá a haber Elecciones Generales. ¿Es un fracaso?
Sin duda. Es un fracaso de la incapacidad de la lista más votada para tejer alianzas y generar consensos. La era de los gobiernos únicos ya ha pasado. 

¿ERC se habría abstenido en una posible investidura de Pedro Sánchez?
Esquerra no quería un gobierno de derechas. Estábamos dispuestos a asumir responsabilidades para evitar el trifachito.  Desde el primer día hasta el último ERC ha sido consecuente con su postura. 

Oriol Junqueras se ofrece para volver a ser candidato. ¿Debe repetir?
Él está a disposición, igual que lo está Raül Romeva para el Senado. Estoy segura de que la militancia les avalará, ya que para nosotros la represión no puede hacernos cambiar de líderes. La manera de demostrarlo es volver a confiar en Oriol y Raül. 

La Mesa del Congreso ya suspendió a Junqueras como diputado. 
Lo que no haremos será aplicarnos la autocensura y la represión antes de que lo haga el Estado. Tenemos muy claro que Oriol y Raül son los líderes efectivos, que no han hecho nada y que deben poder encabezar una candidatura. Así lo avaló la ciudadanía. 

Junqueras fue candidato a las Generales, después a las Europeas y, ahora, de nuevo a las Generales. ¿ERC es solo Oriol?
Y si hubiera otros comicios seguiría siéndolo... Esquerra es muchas cosas más que Oriol, de hecho se está trabajando para tejer nuevos liderazgos, pero ahora nuestros líderes están en la prisión o en el exilio, y no podemos normalizar esta situación. 

¿Qué irán a hacer a Madrid la próxima legislatura?
Lo mismo que hemos intentado ahora: evitar el gobierno trifachito y seguir sentándonos en el otro lado de la mesa. Apostamos por el diálogo y por una solución pactada. A nosotros no nos dan miedo las urnas. 

«Necesitamos más pinya. Fue un error marcarse un ‘tempo’ que nos condicionara tanto, no somos la única pieza del tablero. Apostamos por el diálogo, una solución acordada y evitar el trifachito»

Ha dicho que apuestan por una «solución pactada». ¿ERC deja atrás la vía unilateral?
No se puede descartar ninguna vía, pero nuestro objetivo es un acuerdo. No estamos en un proceso en el que las acciones sean claras y nítidas en una linea recta. Estamos en un universo complejo, en el que no somos el único actor, como vimos el 1 de octubre. No podemos hablar de soluciones únicas ni mágicas, sino que nos debemos ir reformulando y reinventando en cada momento.    

¿El objetivo, pues, a corto plazo es acordar un referéndum a la escocesa?
Lo que primero debemos hacer es hablar. Tenemos una responsabilidad como líderes políticos y no podemos dejarnos guiar por sondeos y tacticismos como ha hecho Pedro Sánchez. Todos debemos ser más responsables. 

Esta semana el PSOE ha advertido que podría aplicar el 155. 
Me parece una irresponsabilidad total que ésta sea la única propuesta que llegue desde el Estado. Es una amenaza vacía. ¿En base a qué la hace? No se basa en ningún hecho. Se les girará en contra.   

Pese a ello, ERC se habría abstenido en caso de investidura. 
Mire al otro lado lo que hay. Con quien seguro que no podremos negociar será con un gobierno de derechas que hace bandera de su fobia hacia Catalunya, y que contaría con un partido fascista, racista y machista como es Vox.  

La entrevista se hace un 20 de septiembre, dos años después de los hechos en la Conselleria d’Economia. Usted estuvo allí ese día como ‘speaker’. 
Ese fue el día que lo cambió todo. Nos dimos cuenta de que el Estado de derecho y democrático no existe. Hay dos personas –Jordi Cuixat y Jordi Sànchez– que hace casi dos años que están en prisión por una teórica violencia que los que estuvimos allí tenemos clarísimo que no existió. Es un escándalo democrático y una violación de los derechos humanos. 

En el juicio del Supremo, la abogada del Estado le confundió a usted con Carme Forcadell.  
Según la acusación, la Presidenta era Superwoman: estuvo en todas partes, le han atribuido todo tipo de acusaciones falsas... 

Usted es el enlace de ERC con ella. ¿Cómo está en la cárcel de Mas d’Enric?
Carme es una mujer muy fuerte que cuanto más conoces más admiras. Lógicamente, es humana y está con los nervios lógicos por la sentencia. Ahora está en un módulo de mujeres en una prisión de hombres, lo que significa un doble encarcelamiento. Lucha por lo que cree y, por ejemplo, en la cárcel está abanderando la lucha feminista. Ahora las presas, por ejemplo, pueden tener secador.   

«Queremos el castell de la independencia, pero no será tan rápido como imaginábamos. Trabajamos para levantarlo cuanto antes»

¿Ha seguido el juicio?
Sí, ha sido una vergüenza. Ha sido un juicio farsa que aparecerá en los libros de historia. Se han vulnerado los derechos de los acusados, les ha juzgado un tribunal que no tocaba, se han basado la violencia solo en caras y miradas de odio... 

¿Cuál debe ser la respuesta cuando haya sentencia?
Cuanto más amplia y de consenso sea, mucho mejor. Debe ser institucional, cívica, internacional y jurídica.   

¿Una posible vía son las elecciones al Parlament? 
Es un escenario posible. Después de la sentencia deberemos reforzar las mayorías para ser más fuertes. 

¿Junts per Catalunya debería romper los pactos que tiene con el PSC tras la sentencia? Me refiero a la Diputació de Barcelona, el Consell Comarcal del Tarragonès, Salou, Vila-seca... 
Respeto la autonomía municipal, pero es evidente que después de la sentencia pueden romperse algunos pactos. No dudo que hay votantes del PSC que están en contra de la represión. Les invito a sumarse a la mayoría del 80%. 

Cita el 80%, pero lo cierto es que el independentismo aún no llega al 50%. ¿Falta gente?
Sí. No conozco ninguna colla castellera que no quiera la pinya más grande para hacer castells más grandes. Queremos levantar un castell muy alto como es la independencia de Catalunya.   

¿El 27 de octubre, con la declaración de independencia, el procés ‘va fer llenya’?
Fue un intent desmuntat. Pero esto pasa mucho en los castells. Lo más importante es que, después de las caídas, los castellers nos volvemos a levantar, aprendemos de los errores y volvemos a trabajar.  

«Pau Ricomà, a diferencia de Pedro Sánchez, ha logrado tejer alianzas con partidos que no están en el gobierno municipal»

¿Qué falló?
Nos marcamos unos tempos que nos condicionaron demasiado y nos creímos que éramos la única pieza del tablero. No fuimos capaces de ver hasta donde podía llegar el Estado español.   

¿Esquerra ve la independencia a largo plazo?
No será tan rápida como nos la habíamos imaginado, pero queremos que sea lo más rápida posible. El hecho de no marcarse calendarios nos da más margen de maniobra.  

¿Qué significa para el procés que Tarragona tenga un alcalde independentista? 
Esquerra tiene una clara vocación municipalista. La construcción de la República empieza desde los ayuntamientos. No queremos cambiar solo la bandera española por la catalana, sino construir un país socialmente más justo. Tener gobiernos locales como Tarragona, Figueres, Lleida, Cambrils, Torredembarra o Altafulla es importante para mejorar la vida de las personas que viven allí.   

¿El independentismo debe demostrar que puede gestionar?
Ya lo hemos hecho, por ejemplo, cumpliendo con el objetivo de déficit de la Generalitat... 

La CUP les acusa de gestionar como una comunidad autónoma más
¡Es que son las reglas del juego que tenemos ahora! Ojalá algún día podamos gestionar los recursos de una república, pero ahora no podemos pensar que vivimos en un país imaginario. 

¿La gente entiende que en Tarragona gobiernen con los Comuns y no con Junts o la CUP?
Con quien había más coincidencia era con los Comuns. Creo que se ha hecho un gobierno lo más fuerte posible, aunque nos gustan las pinyes grandes. Ricomà, al contrario de Pedro Sánchez, ha logrado tejer alianzas con partidos que no están en el gobierno.  

Los Comuns podrían avalar que se retire la pancarta de apoyo a los presos. 
Cada uno es libre de votar lo que quiera. Los Comuns han dicho muchas veces que no están a favor de los presos políticos. 

¿Qué han supuesto los 12 años de Ballesteros para la ciudad?
Es una cuestión de modelo de ciudad. Pau Ricomà entiende que es necesario revitalizar el centro, la zona del Port y conectar mejor los barrios con el centro, y no apostar por los grandes centros comerciales fuera de la ciudad. Ahora habrá más transparencia.  

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