Una de las deficiencias que los funcionarios del centro penitenciario de Mas d'Enric (El Catllar) llevaban tiempo reclamando a la dirección de la cárcel era la activación de una máquina de rayos X para los presos una vez volvieran a sus módulos tras pasar un rato con sus familias, allegados o abogados. Lo que se conoce como bis a bis.
La razón de la máquina instalada desde finales de enero es evitar que algunos de los presos trapicheen o consuman drogas en el interior del recinto o introduzcan móviles, otra de las prohibiciones.
La ausencia de un operario en la máquina permitía un cacheo personal al interno (en caso de mujeres, el registro lo hacía una funcionaria), pero no siempre se podía intervenir toda la droga, teléfonos... y ello conllevaba el riesgo de sobredosis como la que ocurrió a mediados de enero en Mas d'Enric.
Precisamente, la difusión de aquel fallecimiento de uno de los internos, aceleró lo que parecía una medida de seguridad prioritaria desde el estreno del centro penitenciario.
Fallece un agresor sexual en Mas d'Enric de sobredosis
Uno de los internos que se encontraba en el DERT (el módulo especial para presos conflictivos) de Mas d'Enric falleció ayer domingo, posiblemente de madrugada. Era un preso peligroso encerrado por dos condenas por agresión sexual y robo con violencia y uso de armas. Finalizaba su ingreso en 2030.
El aparato, que no se había usado nunca hasta ahora por falta de un operador, ahora sí hay una persona disponible y a nadie se le escapa que la difusión de la noticia del preso fallecido por sobredosis ha aumentado la presión para corregir esta carencia en la cárcel de El Catllar.
Desde el Departament de Justícia se argumenta que no hay ninguna relación entre la reciente muerte de este interno y la puesta en marcha de la máquina, que se usará tanto en presos como visitantes, han explicado fuentes de la Generalitat a ACN.