Razones por las que cae el interés por conducir

El sector automovilístico pierde peso entre los millennials pese a que la población joven no ha dejado de crecer

08 julio 2019 12:18 | Actualizado a 10 julio 2019 11:38
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¿Cómo ha podido bajar así el número de conductores jóvenes? Según los datos, la respuesta es sencilla: cada vez son menos los que se quieren sacar el carnet de conducir. Veamos las razones de este fenómeno.

Crisis económica
En un principio se achacó el descenso a la crisis. Un estudio de la consultora Deloitte reveló que un 80% de los jóvenes aseguran que una de las razones por las que desechan la idea de comprarse un coche tiene que ver con su posición económica. Y es que este sector de la población está especialmente golpeado por el paro y la precariedad, y no puede permitirse los gastos que genera tener un coche. Pero los expertos aseguran que la crisis no es la única razón que explica el fenómeno.

Cambio de prioridades
Según varias encuestas, incluidas algunas del INE, el coche y el carnet de conducir ya no son una prioridad para los jóvenes. De hecho, tan sólo un 15% de los millennials lo ve como algo «extremadamente importante» y otro 30% no tiene intención de adquirir un turismo próximamente. Y es que ya no es tan necesario. Ahora, para saber cómo le va a un amigo basta con comunicarse con él por Whatsapp; para comer productos hechos fuera de casa basta con pedirlos por el teléfono, para hacer compras sirve el comercio por internet e, incluso, para temas de formación también sirven las terminales telemáticas.

Sus prioridades son el ocio, las nuevas tecnologías o viajar. Además, dan mucha importancia a estar conectados, y mientras conducen no pueden estar mirando el móvil, lo que les genera la sensación de que están perdiéndose cosas, de que no están en el meollo. Les resulta más fácil moverse en tren o en autobús porque así van conectados, dicen los expertos.

Concentración de población en las ciudades
La tendencia es que cada vez más gente va a vivir en las ciudades, donde el coche no es tan necesario como en las zonas rurales y donde el transporte público funciona razonablemente bien. Así lo confirma Victoria Espadas, estudiante de ingeniería de 22 años: «Es que sé que no lo necesito, que siempre voy a vivir en una gran ciudad y que hay muchas otras maneras de ir de un sitio a otro que me bastan y me sobran», recalca la joven, que, aunque no descarta absolutamente que alguna vez obtenga el permiso de conducir «porque me sea estrictamente necesario para algo de trabajo», no lo contempla entre «mis cien primeras prioridades hoy por hoy».

Nuevas formas de movilidad 
Sentencian los expertos que los jóvenes utilizarán cada vez más a menudo modelos de movilidad como bicicletas, patinetes eléctricos o coches compartidos. Para ellos coger un Blablacar es algo normal. Es una tendencia que, además, va a ir a más a medida que aparezcan alternativas a los coches.

El coche pierde prestigio entre los jóvenes
La realidad es que el coche ha perdido brillo y simbología en los últimos años, incluso en algunos sectores y franjas de edad lo prestigioso es no tener esa clase de vehículos. En efecto, existe un creciente «velo negativo sobre el coche y su uso». Una tendencia alimentada desde las propias políticas de las grandes ciudades por sus problemas acuciantes de contaminación. Y no hay que olvidar que los millennials es una generación que se caracteriza por su respeto al medioambiente.

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