Los recintos monumentales de Tarragona estuvieron ayer abiertos a todos los públicos para ofrecer a toda la ciudadanía numerosas representaciones de la vida cotidiana de los habitantes de la Tarraco romana. Diecisiete años después de la declaración de Tarraco como Patrimonio Mundial, el Ayuntamiento organizó una jornada de puertas abiertas para celebrarlo.
Las Murallas, el Pretorio, el Circo, el Anfiteatro y el Foro de la Colonia, a los que se sumaron el Museo Nacional Arqueológico, el Museo y la Necrópolis paleocristianos y las villas romanas de Centcelles y los Montones fueron los escenarios donde se representaron a lo largo de todo el día escenas como la lucha de gladiadores o las tareas de los funcionarios y los gobernadores en la antigua Tarraco.
La música fue otro elemento que destacó en la celebración de Tarragona Patrimonio de la Humanidad. Como novedad de este año, l’Escola Municipal de Música participó en los actos de celebración interpretando el Cant dels Ocells en el Anfiteatro. Por su parte, El Tecler tocó piezas musicales castelleres en diferentes puntos de la Part Alta.
La religión también estuvo presente en esta jornada, los asistentes pudieron conocer todo tipo de detalle sobre los sacerdotes y las creencias que se tenían en aquella época, junto con las explicaciones de las supersticiones y la magia que había en la ciudad romana de Tarraco.