Reflotado el pesquero hundido en medio de grandes precauciones

Será el armador quien, viendo el estado en que ha quedado, decida el destino del barco, que pesa unas 12 toneladas

19 mayo 2017 22:56 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:06
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Durante la noche de ayer culminaron los trabajos, muy delicados, de reflotamiento del pesquero Consuelo Teresa, que se hundió el pasado martes por la tarde después de chocar contra la monoboya de Repsol. Las labores, que comenzaron por la mañana, estaba previsto que finalizaran a primeras horas de la tarde. Sin embargo, el mal estado de la embarcación hizo ralentizar el recorrido de aproximadamente un kilómetro que separaba la zona del hundimiento del dique de Llevant.

A primera hora de la mañana hubo una reunión previa en la que participaron Capitanía Marítima, Autoritat Portuària de Tarragona, Salvamento Marítimo, Repsol y SEMAC. Durante el encuentro se autorizó el plan propuesto de remoción de los restos del pesquero hundido.

La operación del traslado de los restos se hizo en dos fases, tal como estaba previsto. Durante la primera se retiró el pecio de la zona de exclusión de la monoboya. Sobre las seis de la tarde la embarcación fue estabilizada a menor profundidad –entre cinco y diez metros por debajo del nivel del mar–, para posteriormente ser trasladada a flor de agua hasta la prolongación del Dic de Llevant.

Este traslado –a una velocidad de medio nudo– se hizo entre grandes precauciones y bajo la supervisión de los buzos, que en todo momento comprobaban cómo se comportaba la embarcación, construida en madera en el año 1955. Durante el traslado, la embarcación de la Policia Portuària de Tarragona Llampuga U se encargaba de garantizar la zona de exclusión, mientras que la Salvamar Diphda vigilaba y controlaba la operación. En un principio no se apreciaron manchas de contaminación. Durante el día hubo dos alarmas, aunque finalmente se vio que se trataba de medusas.

A últimas horas de la tarde se llegó a destino. Allí, tras los trabajos previos, una grúa de gran tonelaje sacó del agua al pesquero, un trabajo que tenía su dificultad debido al estado de la embarcación. Ésta, en seco, pesa 12 toneladas, cifra que se incrementará con el agua que se había acumulado.

Tras finalizar la operación de retirada, los petroleros pudieron volver a operar en la monoboya de Repsol.

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