Repsol empieza a usar drones en Tarragona

Ha realizado una primera prueba con un vehículo autónomo submarino y prevé usar uno aéreo para inspeccionar los racks de tuberías del complejo industrial

14 agosto 2019 07:30 | Actualizado a 23 septiembre 2019 15:59
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Repsol está desarrollando un programa para analizar y probar las aplicaciones a corto plazo de los drones en sus instalaciones y el complejo industrial de Tarragona es uno de los espacios elegidos. La primera prueba de Repsol con un vehículo autónomo submarino se efectuó el pasado mes de enero en Tarragona, en colaboración con everis Aeroespacial y Defensa, una empresa tecnológica que cuenta con un área especializada en sistemas no tripulados.

El objetivo era analizar su rendimiento en las inspecciones visuales del pantalán del puerto y la sealine, la línea de tuberías de dos kilómetros de longitud que conecta la refinería con los barcos, que actualmente realizan los buzos. Por ejemplo, la revisión de las cadenas de sujeción de la monoboya, las mangueras submarinas, los pilotos del pantalán y los cables de conexión de los ánodos de sacrificio. La utilización del vehículo autónomo submarino permitiría aumentar las frecuencias de inspección y tener registro fotográfico o de vídeo de lo que se ha inspeccionado.

«Utilizamos un AUV ligero, de fácil despliegue», explica Elisabeth Pérez, Program Manager en everis ADS, «que permite recorrer varios kilómetros de forma completamente autónoma y alcanzar hasta 100 metros de profundidad». El dron fue equipado con cámaras de vídeo y un sonar, para reproducir una tarea que en la actualidad ejecuta un equipo de buzos.

Para Elisabeth Pérez las sucesivas inmersiones mostraron «que con el AUV utilizado es posible complementar la operación de los buzos. Habría que lograr mejorar la precisión de la posición bajo el agua, sin señal GPS u otros sistemas GNSS, para conseguir mayor proximidad a las infraestructuras, así como conseguir transmisión en tiempo real de imágenes»..

La Program Manager en everis ADS añade que «aunque la prueba no nos permite tomar todavía decisiones concluyentes, vamos a seguir trabajando en esta idea porque le vemos potencial para el mantenimiento preventivo de las estructuras subacuáticas, el control de movimiento del fondo marino o la detección temprana y cuantificación de fugas».

En el futuro, la compañía Repsol, en el complejo industrial de Tarragona realizará pruebas con un dron aéreo dotado de una cámara de alta resolución y sensores térmicos. Este dron permitirá inspeccionar más rápidamente y con más frecuencia los racks de tuberías de este complejo industrial, que posee grandes estructuras en altura. La revisión implica una parada industrial y la instalación de andamios de elevado coste.

Más eficacia y eficiencia

Desde la compañía explican que con la utilización de esta tecnología se puede mejorar la eficacia y la eficiencia, además de reducir los riesgos laborales.

«La inspección de equipos en zonas de difícil acceso, el apoyo a operaciones en remoto, las tareas de vigilancia y seguridad y los trabajos de levantamiento cartográfico son las funciones en las que esta tecnología puede tener mayor valor para nosotros», explica Eva Gómez, Digital Advisor del Hub Blockchain, RPA & Experimentación Digital de Repsol.

Los drones ofrecen ya unas prestaciones que permiten instalarles una amplia gama de cámaras y sensores ajustados a la información que se desea obtener. Entre los desafíos se encuentran la aplicación de inteligencia artificial y el tratamiento de los datos «con herramientas que permitan su análisis de manera automática, confiable y rápida, una de las líneas de trabajo que estamos desarrollando con el Hub de Data Analytics de Repsol».

En otra prueba de concepto, esta vez en el complejo industrial de Repsol de Puertollano y con un dron aéreo aportado por Honeywell que llevaba a bordo una cámara de alta resolución y sensores térmicos, se ha buscado «una inspección más rápida y con mayor frecuencia» de los racks de tuberías de esta refinería, grandes estructuras en altura cuya revisión implica una parada industrial y la instalación de andamiajes de elevado coste. El tramo inspeccionado tiene una longitud de 350 metros y hasta 3 niveles de tuberías, en un ensayo que incluye el ‘entrenamiento’ de un algoritmo que permita detectar la corrosión de manera automática.

La normativa

Desde Repsol tienen claro que «la normativa es clave para que esta tecnología se extienda», comenta Eva Gómez, quien recuerda que aunque en España su utilización está regulada por Real Decreto 1036/2017 «gran parte de las operaciones requieren autorizaciones específicas que ralentizan el avance del sector». En el caso de Repsol «tenemos alguna restricción para sobrevolar sobre nuestras refinerías, excepto la de Puertollano, al encontrarse todas en as proximidades de aeropuertos, que son zonas altamente reguladas», sentencia Gómez.

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