Resumen 2018 - Enero: El año del diluvio

La nevada atrapó en enero a miles de familias que volvían de las vacaciones. En octubre fue aún peor: la riada se llevó doce vidas en Mallorca. TGN rozó la tragedia

31 diciembre 2018 09:52 | Actualizado a 31 diciembre 2018 10:03
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Como si de un augurio se tratase, al primer bebé del año nacido en Tarragona sus padres decidieron llamarla «Oyane», que significa «Diosa de la Tempestad». La pequeña, que nació pasados 39 minutos de la medianoche, es hija de la tarraconense Nayara Aguilar y el cubano residente en Tarragona, Dorian Planas. 

Dorian explicó que los cubanos creen en una diosa que se llama Oyá, a la que se atribuye el poder sobre las tempestades y otros grandes fenómenos atmosféricos. La madre, Nayara, quiso añadirle el sufijo ‘ne’ al nombre. Una semana después que ‘Diosa de la Tempestad’ viese la luz en el Joan XXIII, la primera de las tempestades que iban a sobrevolar el año atrapó en la autopista AP-6 a miles de familias que volvían de las vacaciones de Navidad. Entre los kilómetros 60 y 95 de la AP-6, en Segovia, más de 3.000 vehículos quedaron bloqueados por la nieve el 7 de enero. Los coches no podían avanzar ni retroceder hasta que la Unidad Militar de Emergencia abrió paso.

La oposición cargó contra la «imprevisión» del Gobierno del PP, la misma acusación que lanzó el PP en 2009 a la ministra socialista de Fomento, Magdalena Álvarez, cuando se produjo una situación similar en Madrid.  En esta ocasión la tormenta política arreció cuando se supo que el director general de la DGT, Gregorio Serrano (hombre de confianza del polémico ministro del Interior,  Juan Ignacio Zoido) había seguido la crisis cómodamente abrigado por el calorcito de su casa sevillana. No sólo no tuvo la vergüenza de desplazarse a Madrid sino que además tiró de ironía. «En Sevilla funcionan las lineas telefónicas e Internet», dijo. Estilo PP en estado puro.

Tras la nieve, la meteorología siguió jugando una mala pasada a diferentes territorios del Estado español. Un tornado azotó el 8 de enero las localidades de Cistella y Terrades, en Girona, y provocó graves desperfectos. Un mes después la nevada llegó incluso a Cambrils, medio centenar de menores quedaron aislados por la nieve en una casa de colonias en Saldes (Barcelona) y otros 50.000 no pudieron ir a clase en diversas localidades de Madrid.

Las nevadas y las lluvias se fueron sucediendo. Lo peor llegó en octubre y noviembre. Doce personas fallecieron cuando una brutal riada asoló la localidad mallorquina de Sant Llorenç. En Tarragona, Salou y Cambrils hubo graves daños y dos mujeres estuvieron a punto de morir cuando fueron arrastradas por el agua en Sant Pere i Sant Pau. Un grupo de héroes las salvó (ver páginas 2 y 3). Tarragona rozó la tragedia. Donde sí la hubo fue en Francia e Italia. En Carcasonne murieron doce personas y en diversas localidades transalpinas una treintena más.

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