Ricomà cree que «hay un problema político, no de orden público»

Las cuatro noches de disturbios ya se han cobrado 115 contenedores de Tarragona

20 octubre 2019 08:40 | Actualizado a 20 octubre 2019 09:00
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El alcalde de Tarragona, Pau Ricomà (ERC), se mostró convencido ayer que, pese a la ola de violencia que ha vivido esta semana en la ciudad, «no estamos ante un problema de orden público, sino ante un conflicto político». A juicio del máximo representante municipal, «el origen de toda esta situación es una sentencia que recorta derechos y libertades», y pide al Estado que «deje la vía de la judicialización, abandone la represión y se comprometa a buscar soluciones políticas y duraderas a través del diálogo».

El alcalde tarraconense realizó estas manifestaciones después de reunirse en el Palau de la Generalitat con el President Quim Torra; el Vicepresident Pere Aragonès (ERC); el alcalde de Lleida, Miquel Pueyo; y la alcaldesa de Girona, Marta Madrenas. Solo faltó Ada Colau (Barcelona). Tras el encuentro, Ricomà añadió que la violencia «no es el camino. No es justo que tengamos que estar cada noche pendientes de la relación de heridos y de las personas detenidas. Esto no lo queremos nadie, y es una responsabilidad de todos evitar que esto pase». Ricomà compareció junto a su equipo de gobierno. La primera teniente de alcalde, Carla Aguilar (ECP), evitó pronunciarse sobre la ausencia de Colau a la cumbre con los alcaldes.

Por su parte, el portavoz de Junts per Tarragona –Dídac Nadal– afirmó que «la violencia es inadmisible. Algunos pensaban que, con una sentencia dura, el problema quedaría resuelto. Y no ha sido así». El líder de la formación postconvergente añade que «defendemos, como siempre hemos hecho, la vía pacífica como único instrumento para reclamar nuestros anhelos. Un gran ejemplo de ello han sido las magníficas Marxes per la Llibertat de los últimos días».

Un coche quemado

Paralelamente, el Ayuntamiento de Tarragona informó ayer que, durante la dura noche del pasado viernes, se quemaron y se dañaron un total de 35 contenedores, tanto en el centro como en el entorno de la estación de trenes y en Campclar. Estos se suman a los 80 que ya se habían destrozado en las jornadas anteriores. Todo ello provoca que, tras una semana de protestas, la ciudad se haya quedado sin 115 elementos que, además, tardarán más de lo normal en poder ser sustituidos.

La Guardia Urbana, la grúa municipal y los servicios de limpieza trabajaron toda la noche y, a primera hora de la mañana de ayer, ya se habían retirado los contenedores que obstaculizaban la vía pública. Durante la noche del viernes también se quemaron diferentes papeleras en la calle August, se arrancaron varios bancos en el tramo de la Rambla Nova de la Font del Centenari, y se rompieron siete señales de tráfico de la calle Assalt.

Asimismo, se quemó un vehículo en la calle Riu Corb y se arrancaron diferentes losetas, fundamentalmente en la Rambla Nova. Este sábado, operarios municipales llenaron, como medida provisional, los agujeros con hormigón para evitar caídas.

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