Ricomà decide hoy si cesa al edil Puig por acudir a una boda con 15 personas

El concejal de Urbanisme pone su cargo «a disposición» tras acudir el sábado a la celebración en una casa particular

22 octubre 2020 05:50 | Actualizado a 22 octubre 2020 05:51
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Nuevo tormenta en el gobierno municipal de la Plaça de la Font. El tercer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Tarragona, Xavier Puig (ERC), puso ayer su cargo «a disposición» del alcalde Pau Ricomà, tras reconocer que el pasado sábado participó en la celebración de una boda en la que acudieron 15 personas, una circunstancia que vulnera el límite máximo de seis estipulado por las restricciones vigentes del Departament de Salut para evitar la propagación del coronavirus.

La ceremonia, que precisamente fue oficiada por el concejal republicano, se organizó en el Saló de Plens y, posteriormente, la celebración se llevó a cabo en un recinto privado en el término municipal de El Catllar. De hecho, fueron vecinos de la localidad del Tarragonès los que alertaron a los cuerpos de seguridad sobre la situación.

El también portavoz del gobierno municipal, que es concejal desde 2015 y pieza clave del gobierno local desde junio de 2019, detalló ayer en la red social que la del sábado era la boda de su mejor amigo. «Fue una celebración de pequeño formato, pero al llegar y ver que no se cumplían las limitaciones de aforo vigentes debería de haberme ido e instar a que así lo hicieran también el resto de invitados», reconoció el concejal de Esquerra Republicana, quien añadió que, sin embargo, «no lo hice, lo fue un grave error por mi parte. Como ciudadano y como cargo público, es una irresponsabilidad», por lo que «pido disculpas y asumo las consecuencias. Ya he puesto mi cargo a disposición del alcalde», remarcó ayer Puig.

«¿Medidas excepcionales?»

Fuentes municipales indicaron ayer a este periódico que Ricomà decidirá hoy si cesa o mantiene en el cargo al edil, que es el coordinador del área de Territori, Sostenibilitat, Seguretat y Medi Ambient.

Se da la circunstancia de que, precisamente, la pasada semana Ricomà se mostró de forma pública especialmente exigente con las medidas de prevención para frenar el crecimiento de los contagios de la Covid-19, que ayer llegó en la ciudad hasta un índice de riesgo de 428 puntos, con una tasa de reproducción de 1,27. En este sentido, el ejecutivo municipal tomó la polémica decisión de suspender toda su actividad cultural en los teatros Tarragona, Metropol, Camp de Mart y la Antiga Audiència, lo que le ocasionó las críticas del sector y de las formaciones de la oposición, así como de la Consellera de Cultura, Àngels Ponsa.

En una entrevista con el Diari publicada el pasado domingo, el máximo representante municipal justificó su posicionamiento –más duro que el Govern, que solo redujo del 50% al 30% el aforo de los teatros– en el hecho de que «no estamos ante un rebrote o un hecho puntual, sino que es una segunda ola. Por esto debemos tomar medidas excepcionales. Lo más importante es hacer un dique de contención y parar el crecimiento de los contagios».

Asimismo, el alcalde recalcó que «aquí lo que está en cuestión no es ni la cultura ni el deporte ni la restauración, sino que hay la premisa de evitar al máximo los desplazamientos y las concentraciones masivas entre gente que no se conoce. Esto pesa mucho, debemos hacer lo posible para evitar que el índice de riesgo siga creciendo», y enfatizó que «como administración hacemos lo que pedimos a la ciudadanía: que cada uno actúe como si el resultado de todo dependiera de lo que hace cada uno. La suma de todas estas acciones son las que permitirán evitar contagios». Alea jacta est.

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