Ricomà ordena reducir un 15% el gasto para ahorrar 9 millones y evitar los números rojos

El gobierno municipal pasa una circular en la que pide evitar todas las partidas «innecesarias o aplazables» para «adaptar el presupuesto a la nueva realidad» tras la crisis del coronavirus

10 agosto 2020 07:50 | Actualizado a 10 agosto 2020 07:51
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El Ayuntamiento de Tarragona se apretará el cinturón hasta final de año para evitar que el tsunami del coronavirus le obligue a cerrar en negativo el primer ejercicio completo del alcalde Pau Ricomà (ERC) en la Plaça de la Font. Por ello, según ha podido saber el Diari, el concejal de Serveis Centrals –Jordi Fortuny (ERC)– envió a finales de julio una circular de «contención del gasto» a los altos mandos de las diferentes concejalías, cuyo objetivo es adaptar las cuentas municipales «a la nueva realidad» surgida tras la crisis económica y social de la Covid-19. Desde el área económica se insta a los jefes de departamento a «reducir de manera global un 15% el gasto corriente del capítulo 2 (compra de bienes y servicios)», así como «a estudiar reducciones en el resto del presupuesto corriente».

En el documento, al que ha tenido acceso este periódico, el segundo teniente de alcalde expone que, hasta el próximo 31 de diciembre, «se prevé una disminución de nuestros ingresos corrientes por importe de nueve millones de euros, debido a la caída de la actividad económica» provocada por la pandemia.

En concreto, los técnicos municipales temen que entre IBI, Vehículos y Plusvalía se dejen de ingresar 4,27 millones de euros, una cifra que representa un 5% de los 80 millones previstos en las cuentas aprobadas el pasado 21 de diciembre por ERC, Comuns, Junts y CUP. De estos 4.270.000 euros, un 84% corresponde al tributo relacionado con la compra-venta de viviendas. De hecho, el incremento que el gobierno municipal (ERC-Comuns) estipuló para este año en la Plusvalía ya fue el punto «caliente» de la negociación de las cuentas. Las previsiones del nuevo ejecutivo eran las de aumentar los ingresos en un 88% por este concepto, pasando de los 3,6 millones de 2019 a los 6,8 previstos para este 2020 que, en teoría, se financiaban con un aumento de la actividad económica, así como por el encarecimiento de un 30% en su tributación.

Pese a ello, la paralización económica desde el pasado 14 de marzo y la posterior «nueva normalidad» con rebrotes ha dejado en nada esta hipótesis, hasta el punto de que ahora las previsiones municipales son las de rebajar en un 53% los 6,8 millones previstos: ahora se esperan 3,2 «kilos».

Ayudas económicas y sociales

Fortuny, de hecho, concreta en el texto que, desde el pasado mes de marzo –cuando se decretó el Estado de alarma–, el Ayuntamiento se ha visto obligado a «realizar modificaciones de crédito por valor de dos millones de euros para poder hacer frente a la nueva situación». En este sentido, el edil cita «las ayudas a los comercios por valor de 600.000 euros», así como el gasto de 900.000 euros para la adquisición de EPIs (equipos de protección individual).

Asimismo, en el documento se indica que «se prevé un incremento de los gastos por parte del Institut Municipal de Serveis Socials (IMSS) por más de 1,2 millones de euros para poder dar cobertura a los más desfavorecidos», y se evidencia que «los organismos autónomos y las empresas municipales verán reducidos sus ingresos en cuatro millones de euros, una cantidad que deberá cubrir el Ayuntamiento».

Por todo ello, «ante este nuevo escenario de caída de ingresos», Fortuny advierte que el Consistorio «debe reducir su gasto en una cantidad similar» o, lo que es lo mismo, en unos nueve millones de euros. «La corporación debe marcarse el objetivo de crecimiento y de recuperación, ya que es el motor de la economía de la ciudad y de su entorno», enfatiza el segundo teniente de alcalde, quien remarca que «es necesario, más que nunca, reequilibrar nuestros gastos a nuestros ingresos para no abandonar la senda de la estabilidad presupuestaria, que nos permite afrontar con garantías y seguridad nuestro futuro más inmediato». En este punto, Fortuny se refiere a que un resultado en negativo podría cerrar el grifo del crédito al Consistorio, lo que impediría mantener el ritmo actual de inversiones.

En el documento, el máximo responsable económico reconoce que «hay gastos que están debidamente adquiridos y que cuya reducción es imposible», como son «los referentes a personal, los contratos vigentes, las amortizaciones e intereses de préstamos, los convenios firmados o las aportaciones a las empresas». Por ello, Fortuny pone la diana «en el gasto no comprometido» y en «reducir todo aquello que no sea necesario o inaplazable», así como «suspender todo lo que no se considere prioritario».

9,7 millones para inversiones

Pese al frenazo de un 15% en el gasto hasta final de año, Fortuny deja claro en la circular a los altos mandos municipales que «en ningún caso la reducción afectará a los capítulos 6 y 7 (inversiones y transferencias de capital)», ya que las inversiones «son uno de los pilares de la recuperación económica».

De hecho, esta misma semana el concejal ha firmado con Cajamar un acuerdo para la concertación de un crédito por valor de 9,7 millones de euros para llevar a cabo las inversiones de este año. Entre las actuaciones que se impulsarán con este dinero esta la reforma del antiguo edificio del Banco de España (2,5 millones de euros); la nueva flota de autobuses (600.000 euros); o el nuevo carril bici entre Sant Pere i Sant Pau y la Plaça Imperial Tarraco (550.000). También se destinarán 223.000 euros para intervenciones en los centros cívicos de la ciudad.

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