Ricomà: «El proyecto del tranvía es un parche»

El alcalde de Tarragona defiende que el tranvía llegue a Tarragona desde Vila-seca a partir de una vía paralela a la antigua N-340, enlazando los barrios

26 marzo 2021 19:30 | Actualizado a 27 marzo 2021 09:03
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

El alcalde de Tarragona, Pau Ricomà, habla sobre sus dudas alrededor del proyecto del tranvía del Camp de Tarragona. Ahora, el estudio informativo del trazado Cambrils-Vila-seca y la conexión con la línea de Adif está en fase de exposición pública hasta el día 7 de mayo, cuando finaliza el periodo de alegaciones.

¿Cómo valora el proyecto del tranvía de cara a la ciudad de Tarragona?

Desde nuestro grupo político, y diría que desde la mayoría de partidos del Ayuntamiento, vemos con buenos ojos que haya un tren-tram que enlace los principales polos del Camp de Tarragona. No hay una oposición al modelo que se presenta. Lo que pasa es que cuando llegamos a las concreciones se generan muchas dudas.

¿Qué dudas?

No estamos seguros de que este trazado concreto solucione los problemas de movilidad del Camp de Tarragona. Es una reflexión que pone en cuestión las diferentes perspectivas del proyecto que se pone encima de la mesa, por tal de mejorarlo.

¿Por qué cree que no mejora los problemas de movilidad?

Aquí hay dos elementos principales. Uno es la recuperación del trazado de Cambrils a Salou y la extensión hasta Vila-seca. Sobre este punto en general no hay ninguna objeción. Otra cosa es que la llegada a Tarragona se produce desde la línea convencional, que va de Reus a Tarragona. En este caso creemos que el plan es poco ambicioso y necesitaría una inversión más grande para solucionar lo que se pretende, que es tener un Camp de Tarragona bien conectado, con un servicio de transporte público eficiente y rápido.

¿Cuáles son las objeciones?

Este aprovechamiento de la vía convencional hace que el punto de llegada a Tarragona sea la estación actual, que está lejos del centro. Difícilmente aumentaremos el uso del transporte público ferroviario entre estos dos polos, ya que ahora mismo la gente que utiliza el tren para ir de Tarragona a Reus es insignificante.

No es el único aspecto sobre el que ha mostrado sus dudas.

Sí, porque esta utilización de la vía convencional coincide con los trenes Regionales y las mercancías, que con el tercer carril se incrementará su tráfico y algunos técnicos ya hablan de una saturación de la vía en un corto plazo. Cuesta mucho poner unas frecuencias propias de un tren-tram dentro de una línea tan saturada. El encaje no lo acabamos de ver. Esta vía también tiene otro problema, ya que su trazado, desde Vila-seca a Tarragona no pasa por donde vive la gente. No hay un sentido práctico ni una eficiencia en el sistema.

¿No sumará nuevos viajeros?

Tan solo la empresa municipal de viajeros de Tarragona mueve diez millones de viajeros al año que, sinceramente, creo que se están menospreciando y me parece poco práctico. Después, si nos fijamos en el transporte en autobús del Camp de Tarragona, de las diez líneas con más viajeros, siete salen de Tarragona o Reus. Y el hecho de que las estaciones estén alejadas, es muy poco práctico. No hay una intermodalidad. El único punto en el que sí la hay es Vila-seca, que se conecta con la vía convencional, pero en cambio no la tenemos en los puntos generadores de transporte, como los centros educativos o los centros de salud. Es otro de los interrogantes que genera la propuesta. Y, finalmente, hay otro aspecto, que es el tema del ancho de vía. Quiere hacerse servir el ibérico y esto genera problemas. Primero porque la integración dentro de las ciudades es bastante más agresiva. Además, hay un solo fabricante de este tipo de convoyes, lo que puede generar una dependencia muy grande. Son dudas razonables encima de la mesa.

¿Qué alternativas presenta?

La primera es muy clara. Es que el tranvía pase por donde viven las personas y la alternativa más clara es que la línea segregada de Cambrils a Vila-seca, se extendiera también desde este último municipio, por la antigua N-340, hasta la Imperial Tarraco.

Habilitar una vía paralela a la antigua nacional.

Exacto. Incluso que pudiera incorporarse a algunos barrios de Ponent. Es una alternativa que pasaría por donde vive la gente y además llegará a la Imperial Tarraco, que es un punto de intermodalidad, ya que hay muchos autobuses que conectan con todo el Camp de Tarragona.

Es una opción que ya se contempla en las fases dos y tres.

Entiendo que no es la primera fase, pero debería haber un compromiso muy diferente en estas fases posteriores, que ahora son dibujos. Tenemos que llegar a un acuerdo presupuestario para tirarlo adelante, de forma inmediata. Porque lo que tememos es que si la fase uno que se plantea ahora no funciona, las siguientes no se acaben implantando. Pedimos de forma rápida haya un compromiso para hacer esta línea.

Una posibilidad es que llegue el tranvía a la estación actual en esta primera fase, mientras se desencallan las otras.

Sí, pero tiene un punto de complicación. No estamos en contra de la recuperación de la vía de la costa. Y si después el tren tiene que ir por la vía convencional, está claro que no nos opondremos, pero no lo vemos con ninguna perspectiva de optimismo, porque no cambiará la movilidad de forma significativa. Aquí hay otro elemento, que hemos empezado a hablar con el Departament de Territori, para hacer un frente común con el resto del territorio sobre la necesidad de acelerar que la ATM ejerza las competencias que realmente tiene en materia de ordenación de la movilidad, de acuerdo con la ley de 2003. Debería revisarse el Pla Director de Mobilidad, que se aprobó inicialmente en 2010, pero que nunca salió adelante, porque ahora mismo, para ir en autobús desde Alcover a Tarragona puedes tirarte más de una hora y la propuesta que tenemos encima de la mesa no cambia absolutamente nada. Es un buen momento para debatir este modelo des del territorio.

El Ayuntamiento de Tarragona abrió un periodo de participación para la preparación de las alegaciones. ¿Qué han constatado?

Se han hecho dos jornadas y queda la tercera, en la que se debatirán las alegaciones. Hemos constatado que hay mucha gente que nos dice que ya era hora que se hiciera una inversión de estas características en el Camp de Tarragona. Por otro lado, también hemos visto que la propuesta no contempla ni satisface las expectativas que teníamos. Hay un déficit inversor en el Camp de Tarragona muy evidente. Y que después de veinte años se nos haga esta propuesta, tan limitativa, no refleja las necesidades de este territorio. Y también vemos que hay voluntad de que el ATM tenga esas competencias, en cuanto a la ordenación.

¿En qué línea irán las alegaciones que va a presentar el Ayuntamiento?

En dar una respuesta a los problemas que he mencionado para que esto funcione.

¿Y ahora no lo hace?

No, porque si al final tenemos problemas de que no hay una intermodalidad, que el tranvía no pasa por donde vive la gente y que llega a una estación que no es céntrica, sigue siendo más cómodo ir a la Imperial Tarraco a coger el autobús. La solución es obtener un compromiso de cara a la alternativa más rápida que es la N-340 sin olvidar otra conexión importante que es enlazar Tarragona y Reus.

¿Tarragona se está desmarcando del proyecto?

No, en absoluto. Todas las poblaciones han mostrado algunas reticencias, pero creo que hay dos aspectos a tener en cuenta. El modelo del TramCamp lo vemos positivo, pero lo que hemos constatado es que necesitamos una inversión más grande para solucionar los problemas que plantea y creemos que el impacto general de la propuesta sería muy inferior a lo deseable.

¿Es el momento de volver a sacar los mapas y dibujar nuevos trazados?

Seguramente habría sido mejor que antes de presentarnos la propuesta para las alegaciones se hubiera trabajado de otra forma. Territori conocía nuestra postura, por tanto hubiera sido más normal que ellos, que son los promotores, hicieran un trabajo participativo.

¿Por qué no se hizo?

No me corresponde a mí decirlo, pero se hacen propuestas que no acaban de salir y al final genera cierta frustración. Defendemos que el Camp de Tarragona tenga unas mejores conexiones y que haya un transporte colectivo con una rapidez y unas frecuencias razonables. Y esta propuesta no cumple con esas expectativas. Si hemos estado más de veinte años hablando del tren-tram para eso, me genera dudas de qué pasará con las fases dos y tres, y con los plazos.

¿No cree que podría plantearse el riesgo de que si Tarragona tiene dudas, el proyecto acabe en un cajón?

Sería una mala excusa que no nos sirve. Todo el mundo tiene el derecho a hacer sus alegaciones y lo que no puede ser es que nos conformamos con cualquier cosa, porque al final pasará como con la estación de Perafort. Todo el mundo dice que está mal conectada y que está lejos, pero seguro que en aquellos momentos también hubo quien dijo que más valía aquello que nada. Es una situación similar.

¿Cree que es un parche?

Sí.

¿Las dudas que se han planteado surgen de la voluntad de potenciar el hidrógeno?

No podemos mezclar debates. Está muy claro que hay que avanzar en el tema del hidrógeno, pero no coinciden los tempos. Otra cosa es que más adelante, cuando nos planteemos la capilaridad, seguro que tendremos encima de la mesa medios como el hidrógeno, pero el sistema ferroviario ya utiliza una energía menos contaminante que los autobuses.

El ‘lobby’ del transporte es muy crítico con el proyecto.

Sí, aunque en nuestro caso no estamos cuestionando el modelo. Tenemos muy claro que si queremos llegar a un sistema conjunto para todo el Camp de Tarragona, el transporte por carretera será esencial. El tranvía no es ninguna amenaza para nadie. Es un eje central que seguro que generará otras oportunidades. Simplemente decimos que esta propuesta no es lo suficientemente práctica como nos gustaría.

¿La solución al galimatías ferroviario no llegará hasta que se haga el desvío de las mercancías por el interior?

Es el gran tema de la reordenación ferroviaria del Camp de Tarragona y queremos que la Generalitat también lo tenga como una prioridad. Debemos ir de la mano, porque si no estamos hipotecando a todo un territorio, ya que la demanda acumulada entre Reus y Tarragona hasta Barcelona, crecería muchísimo si la línea de la costa estuviera despejada.

¿Fue un error aceptar el proyecto del tercer carril?

Sí. En aquellos momentos yo no estaba, pero nos dijeron que era técnicamente muy sencillo y barato, y al final resulta que no es ninguna de estas dos cosas. Entre Castelló y València han encontrado una solución, que es recuperar una línea segregada, que es lo que exigimos. Si creemos en el transporte ferroviario como transporte colectivo para las personas, hay que sacar las mercancías.

Hay una partida de 200.000 euros en los presupuestos para iniciar los estudios. ¿Saben alguna cosa de cuándo podrían iniciarse?

No. En todo caso, es una partida muy pequeña que esperamos ver cómo evoluciona.

¿Se han reunido con Adif o el Ministerio de Transportes para conocer cuándo van a iniciarse los estudios?

Con Adif tenemos conversaciones con varios temas, pero la concreción de este punto no la tenemos.

¿No cree que deberían ser más exigentes?

Al final se trata de tejer complicidades. Tenemos clara la situación y hay un acuerdo muy amplio tan a nivel político como civil, pero es un tema que el resto del Camp de Tarragona debe ver que también le afecta y desde la Generalitat también deben ver que debemos ir de la mano.

Era una solución provisional. ¿Corremos el riesgo de que no acabe siéndolo?

Es cierto que dijeron que sería provisional, pero los compromisos que se tomaron no se han cumplido y además no se soluciona.

¿Hay que replantear el funcionamiento de la ATM?

Sí. En Barcelona la ATM tiene unas competencias que aquí no tenemos. Básicamente porque no ha acabado de desarrollarse y hace el tema de los billetes integrados. Falta utilizarlo como un ámbito de debate profundo, para articular este territorio y que más allá de los grandes ciudades del ámbito central del Camp de Tarragona, también responda a las necesidades de los pequeños municipios. Cada vez más este ámbito central es un espacio más compartido, por lo que esta unidad metropolitana necesita unas conexiones organizadas.

¿Por qué no tiene más peso?

No lo sé, pero como alcalde veo que hay muchos temas que necesitan un debate pensando en el conjunto del Camp de Tarragona. Los consensos no formales, para no pisarnos los callos, al final son muy poco productivos.

Comentarios
Multimedia Diari