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El robo de cable eléctrico en las farolas de la ciudad no cesa. La última zona en sufrirlo fue el puente sobre el río Francolí, donde los ladrones se llevaron un centenar de metros y dejaron a oscuras unas ocho farolas. Se da la circunstancia de que en la última quincena se han producido cuatro hechos delictivos de similares características en otros puntos de la ciudad.
El último robo fue cometido en la madrugada del miércoles entre el puente de la prolongación de la avenida de Roma y la rotonda de Autolica. A pesar del continuo tráfico en la zona, los ladrones forzaron el cajetín y se llevaron el cable. Los ladrones causaron unos desperfectos superiores a los 1.500 euros. Como se trata de un servicio esencial, el Ayuntamiento de Tarragona tramitó los trabajos de reparación por vía de emergencia.
Fueron los propios empleados de la empresa que gestiona el alumbrado público quienes se dieron cuenta de la incidencia y se desplazaron al lugar de los hechos para normalizar el servicio. Una vez allí observaron que había un sector que continuaba apagado. Hicieron una revisión general de los sectores apagados, comprobando que faltaba una portezuela de registro por la que habían sido sustraídos los cables soterrados.
Los operarios realizaron una actuación para seccionar los circuitos afectados y normalizar las protecciones de salida del cuadro de maniobra a fin de evitar peligros y restablecer el servicio del resto de puntos de la instalación.
Servicio esencial
Al tratarse del alumbrado público de un servicio esencial, al elevado coste económico que le supone al Ayuntamiento la obligada reposición y reparación de los desperfectos causados para restablecer el servicio se añade la sensación de inseguridad que genera la ausencia temporal de iluminación en aquellos lugares donde se producen los hechos.
La gran mayoría de los hechos delictivos se concentran en cuatro zonas concretas del término: el parque de la Coma, los alrededores de la Anilla Mediterrània, la zona del Pla Parcial 13 (alrededor de las oficinas centrales de Endesa) y la antigua carretera N- 340 (a la altura de Campclar), y el Pla Parcial 9 (entre la Floresta y Les Gavarres).
Este hecho, unido a la similitud en la forma en que se producen la mayoría de robos (arrancando con un uso considerable de la fuerza los portillos de las farolas, que precisamente se encuentran soldadas para evitar su apertura), hace pensar que buena parte de los hechos pueden estar causados por un mismo grupo de personas, el cual habría incrementado su actividad en las últimas semanas, con la consiguiente preocupación por los eventuales robos que se puedan seguir produciendo.
La Guàrdia Urbana de Tarragona puso también en conocimiento de Mossos estos últimos robos, ya que son éstos quienes tienen la competencia en Seguridad Ciudadana, y se acordó coordinar la vigilancia de los puntos que han sufrido robos de cableado del alumbrado público. De hecho, Mossos ya ha activado la presencia y la prevención, especialmente con vehículos de paisano.
