Robos, peleas y suciedad en la estación de bus de Tarragona

Los vecinos se quejan de robos, peleas y suciedad en la terminal de autobuses y en el vecino Parc de la Ciutat. Se suma la circunstancia de que allí duermen varias personas sin hogar

31 julio 2019 06:50 | Actualizado a 31 julio 2019 07:18
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La camarera del bar que está entre el Parc de la Ciutat y la estación de autobuses vio este domingo el enésimo robo. Se trataba de una señora mayor a quien acababan de quitarle el móvil. Y no era la primera; la semana pasada trataron de robar el teléfono y el perro a una joven y hace pocos días presenció como otro señor corría tratando, sin éxito, de detener a un joven que había arrancado la cadena a su mujer.

A su lado, otra camarera relata que en la propia estación vio como entre dos individuos aprovechaban la aglomeración a la hora de subir al autobús para robarle a una persona la cartera. El mismo domingo, sin ir más lejos, hubo un apuñalamiento en la planta baja de la terminal.

Son apenas algunas muestras de una situación de inseguridad que se ha agudizado en los últimos meses en el entorno de la estación de autobuses y que afecta a los vecinos párking de Battestini y el Parc de la Ciudad.

Comercios preocupados

Jennifer Trujillo, dueña de un establecimiento cercano a la estación, relata que la situación se está volviendo insostenible: «Esto da muy mala imagen».

Jordi Miró, de otro establecimiento ubicado en la calle Doctor Battestini, dice que la zona se está quedando abandonada y que falta iluminación. En su caso, las peleas entre los grupos instalados en la zona se han saldado, en dos oportunidades, con la rotura de la cristalera de su escaparate. «Ya se sabe que la gente cuando bebe no se controla», se lamenta.

Un trabajador de la estación de autobuses asegura que la Guàrdia Urbana apenas pasa por la estación. «Ya ni les llamamos; a veces cuando los indigentes se pelean ni avisamos porque sabemos que no van a venir». Agrega que «esta es una estación nacional e internacional, no tiene sentido que no haya policía de manera permanente. En Reus, sin ir más lejos, sí que la hay».

Señala que el problema no se da sólo dentro de la estación, sino más bien en los andenes exteriores y en el párking, «donde se meten a beber, a drogarse, a prostituirse...». Y apunta que solo cuentan con un asistente de seguridad «que no puede jugarse el físico porque sólo va armado con un spray».

Botellones y peleas en el parque

Pero el problema de la estación se extiende al vecino Parc de la Ciutat. En teoría, y así lo confirman desde el Ayuntamiento de Tarragona, el parque se cierra por las noches, pero lo cierto, tal como advierten algunos vecinos, es que resulta posible colarse por la reja que da a Battestini. La verja es recta pero el terreno es irregular, así que por debajo cabe perfectamente una persona.

Pero muchos problemas suceden mientras el parque está abierto, como los botellones que se organizan durante la tarde-noche entre numerosos grupos de jóvenes. Un señor mayor relata que hace unos 15 días vio una pelea multitudinaria. «Nunca había visto nada parecido, y mire que con mis años he visto peleas». Mientras, una joven que trabaja como cuidadora de dos niños dice que le da mucho respeto bajar al parque, a pesar de que lo tienen cerca, porque a cualquier hora «hay gente vendiendo drogas».

La dueña de un pitbull, que se encuentra en el pipi-can del parque, explica que «por la tarde yo no me atrevería a pasar por aquí ni loca si no fuera por mi perro». La dueña de otro perro más pequeño relata que va allí por el animal, porque le queda cerca, «pero tienes que estar con mil ojos».

El párking: inmundo

Además del problema de convivencia y seguridad del parque, se ha venido a sumar, en los últimos tiempos, la suciedad del párking Battestini, que está entre el parque y la estación de autobuses.

Cuando lo visitamos hay todo tipo de residuos, desde garrafas de agua, cajas, latas y pañales hasta un colchón de matrimonio. Este último, nos explicarían después, pertenece a personas sin hogar que duermen en la planta inferior de la estación de autobuses y que lo ‘guardan’ allí hasta la noche.

Refugio de personas ‘sin techo’

A toda la situación anterior se viene a sumar el hecho de que la zona se ha convertido, desde hace tiempo, en sitio de refugio para muchas personas sin hogar.

En un recorrido a las once de la mañana encontramos a cinco personas durmiendo, una en un banco de la estación de autobuses y otras cuatro en diferentes puntos del parque. Un vecino de un edificio que da al parque dice que no hay que criminalizarles, sino buscar una solución: «No hay derecho de que estas personas estén en esas condiciones».

Maria Esther Fernández, de un establecimiento cercano, señala que «es una lástima cómo se está degenerando el barrio a ojos vista, ya no sólo por el miedo que da a que te roben o te entren al negocio, sino porque tenemos a todas estas personas durmiendo en la calle de esta manera... Como ciudad y como sociedad no hemos buscado una solución para ellas».

Comerciantes y vecinos se lamentan de la mala imagen que todo el conjunto ofrece a quienes llegan a la ciudad desde la estación. «No hay derecho a que esto pase en pleno centro de Tarragona», explican.

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