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Eran poco más de las ocho y media de la noche cuando hizo aparición en el escenario Rozalén, tras la actuación del artista invitado que en esta ocasión fue el cantante tarraconense Joel Reyes.
Durante algo más de dos horas la cantante manchega fue desgranando un amplio repertorio de veintiséis canciones, que al público asistente se le hizo corto, en un concierto que prácticamente era un acústico ya que en el escenario solo le acompañaban dos guitarras y un teclado además de su inseparable Bea que traslada todas las canciones de Rozalén al lenguaje de signos. No se entiende una actuación de la cantante sin ella.
Que en todas sus actuaciones se haga acompañar por Bea ya es una señal clara de la sensibilidad artística de Rozalén, la cual en sus canciones trata temáticas muy sociales, como la violencia de género, el cáncer, el sida o la memoria histórica.
Su familia, protagonista
En su último trabajo que lleva por nombre Cuando el río suena, Rozalén se ha abierto en canal, como ella misma dice durante el concierto, ya que habla sobre la historia de su familia.
La desaparición en la Guerra Civil de un tío abuelo suyo, al cual le dedica la canción Justo o la relación de sus padres, difícil en su momento ya que su padre fue cura durante 10 años.Todas estas historias se las ha ido narrando su abuela a la cual habría que hacerle un monumento, ya que ha ayudado a su nieta Rozalén a crear un magnífico disco y a mostrar en sus conciertos una sensibilidad como poca gente sabe demostrar encima de un escenario.
Rozalén, vuelve cuando quieras.
